Su coche va como un tiro en Estambul, pero el español Fernando Alonso (Renault R29) le saca emoción y pasión a esa vuelta endiablada que le ha llevado a ser el segundo más rápido, porque sabe que, además de descargado de gasolina, el resto de rivales no están por la labor el viernes.

Alonso conoce más que nadie que su coche no está para fiestas, aunque cuando existe motivo para darse alguna, bien sea en las sesiones de entrenamiento, es el primero en aguar el vino y restarle cualquier relevancia a su logro, porque este no es el Renault ni se dan las circunstancias que hace años le llevaron a lograr dos veces el mundial de la F1.

Hoy bajó el crono hasta situarlo a seis milésimas del más rápido, el finlandés Heikki Kovalainen (McLaren MP4-24), pero se apresuró a recordar que ha rodado con menos gasolina, que el mejor tiempo lo obtuvo con neumáticos blandos y que, las mejoras aerodinámicas que se le han habilitado al Renault, no han dado resultado, como la supuesta mejora que debía experimentar el nuevo alerón delantero.

Pese a la situación, Alonso no deja de reivindicarse y de mostrar que lo que hace tiene mérito, como cuando se le ha preguntado si no se aburre de estar en este grupo de tierra de nadie.

"Si no estuviese en estas posiciones, estaría en casa o corriendo la GP2. Y soy uno de los veinte privilegiados que corre aquí y no quedo tan último como parece. Me divierto igualmente. Hago todo lo que puedo. En la crono hay también una lucha con tu compañero, donde llevo año y pico por delante. Además Nelsinho ganó aquí en 2006 en la GP2. Por lo tanto, no es que gane a un cojo, como parece que la gente tiene la impresión a veces", dijo algo irónico ante los informadores.

Ante tanta reserva y escepticismo transmitido por Alonso, sólo cabe esperar que mañana el español logre el objetivo mínimo, el de entrar en la Q3 para estar entre los diez primeros, aunque teme que algún día las milésimas que le han permitido pasar los dos primeros cortes, algún día pueden jugarle una pasada, darle la espalda y dejarle fuera de la Q3.

Frente al escepticismo del español, la alegría en McLaren, donde una jornada más ven que sus coches dan un paso adelante y empiezan a colocarse entre los más veloces. Esta vez le tocó a Kovalainen, que obtuvo el mejor tiempo de la jornada, mientras que su compañero Lewis Hamilton marcaba en la primera sesión el segundo mejor registro, tras el alemán Nico Rosberg (Williams).

Los BMW, con su nuevo doble difusor, también parece que han elevado su nivel competitivo, al haber marcado Robert Kubica el tercer mejor crono de la tarde, y cuarto del día.

El mejor coche de los equipos punteros fue el de Sebastian Vettel (Red Bull), aunque el alemán sólo pudo dar cuatro vueltas en la tanda de la tarde, después de sufrir problemas con el motor, que le dejó tirado en el inicio del quinto giro. Con su cuarta posición, Vettel fue el más rápido de los pilotos de lo alto de la general, mientras que los dos Brawn acabaron con tiempos alejados del mejor que marcó Kovalainen.

Así, el brasileño Rubens Barrichello finalizó con el noveno mejor tiempo, mientras que su compañero y líder del mundial, el británico Jenson Button, se quedó con el decimoquinto mejor tiempos de la combinada entre la serie de la mañana y de la tarde.

Nadie duda que en el GP de Turquía, que se correrá el domingo en el circuito de Estambul, los dos Brawn estarán luchando por un nuevo triunfo en la temporada, el que podría representar el sexto en siete carreras.

Mañana se celebrará a las 10:00 horas la tercera y última sesión de entrenamientos libres, mientras que por la tarde están programadas las tres series de oficiales, tras las cuales se confeccionará la parrilla para la carrera del domingo (14:00 horas, 58 vueltas).