Ocurra lo que ocurra en el resto del año, aventuro que serán los dos nombres propios del deporte extremeño en 2018. Álvaro Martín y Pedro Romero, Pedro Romero y Alvaro Martín, da igual el orden, han logrado hacer historia con dos monumentales gestas que avalan la condición de fueras de serie de ambos. Pero se da la feliz circunstancia, además, de que antes, durante y después de conseguir sus triunfos han sido todo un ejemplo a seguir.

La medalla de oro de Álvaro Martín en los 20 kilómetros marcha del Campeonato de Europa en Berlín ha sido uno de los mayores éxitos de un deportista extremeño. El joven llerenense, que ayer recibió el premio de la Orden Deportiva de Hernando de Soto en Barcarrota, sigue con su espectacular progresión, iniciada siendo un adolescente. Dos juegos olímpicos acumula ya como impresionante bagaje y, salvo accidente, en Tokio, además, irá con aspiraciones a medalla. Lo mejor de Álvaro es su madurez y su inteligencia. Eso de creer en unno mismo y en lo que hace es muy saludable.

También lo conseguido por el ciclista placentino Pedro Romero se puede calificar como extraordinario. Hace apenas ocho días se coronó como campeón de España de XC maratón en la Titán Villuercas de Logrosán, muy cerca de su casa. Este exprofesional sigue demostrando su talento allí donde compite. Ayer mismo se lució en la carrera BTT de Cazorla y ya es primero en el Open de España. Estratosférico lo que está haciendo este deportista, que además de empresario es presidente de Federación Extremeña de Ciclismo. ¿Alguien da más?

Martín y Romero, Romero y Martín, son dos deportistas de esos a los que hay que querer, de los que nos demuestran que con trabajo e ilusión todo es posible. Tipos que agrandan su leyenda cada minuto, y no solo cuando ganan.