«En lo colectivo puede ser que mis tres años en el Villanovense hayan sido mis mejores momentos como profesional, aunque también en Arroyo estuvo muy bien». Lo dice Carlos Andújar, extremo del Cacereño, sobre su pasado en el Villanovense. El domingo (12.00 horas, Príncipe Felipe) se reencuentra con su último club con una máxima: ganar. «Tenemos una oportunidad de oro para distanciarnos de ellos», dice el futbolista de Villagonzalo.

Andújar tiene un disgusto especial: no podrá medirse en el terreno de juego a su gran amigo Ángel Pajuelo («le llamo Pajuelín, es tan buena persona...», revela y juzga) por la complicada lesión que se hizo el futbolista serón el pasado domingo ante el Miajadas que le impedirá estar en Cáceres y que puede hacerle pasar finalmente por el quirófano. Tiene una fractura de pómulo con afectación al tabique y huesos del ojo.

«A mí me gusta siempre medirme con los mejores», añade el protagonista sobre la ausencia del capitán serón en el que puede ser un transcendental duelo para los dos grandes favoritos para el título, con per miso del Coria. «Sé que lo de las lesiones es lo peor del fútbol y yo espero que se recupere lo mejor posible», apunta. Ya se interesó por su estado el pasado domingo al conocer las primeras noticias «y él se encontraba lógicamente muy preocupado, por lo que fue poco lo que le pude decir y esta semana lo llamaré tranquilamente».

El jugador del CPC sí se podrá ver en el césped con otro buen amigo suyo, de esos que da el deporte para toda la vida: Juan Ramón Ruano, con el que formó en el Arroyo una dupla espectacular en los extremos y que ha sido uno de los fichajes serones del pasado mercado de invierno.

De sus temporadas en el Villanovense se queda precisamente con «haber sido un jugador importante en playoffs de ascenso a Segunda, en el que caímos ganando tres partidos y perdiendo uno tras diez minutos malos». Por el lado negativo está su manera de salir del club, ya casi iniciada la pretemporada de hace dos veranos, con una lesión grave a cuestas que arrastaba de meses atrás. El futbolista no quiere entrar en detalles, pero asume que aquellos días le hicieron mucho daño y que él cree que merecía otra manera de decir adiós.

Andújar se centra en lo verdaderamente importante: el futuro. «¿El empate nos vale? Yo creo que no, pese a que estemos ahora delante de ellos». Y para ello hace un llamamiento a los aficionados. «Pedimos que la gente vaya al campo. El club no lo puede poner más fácil», añade sobre la promoción de entradas de la entidad que ha puesto en marcha el CPC, de tal manera que los abonados pueden adquirir dos localidades al precio de una.

Andújar valora la victoria ante el Diocesano. «Sabíamos que iba a ser difícil. ¡Cómo corrían los niños!», dice coloquial y en clave elogiosa el jugador. Ante el Villanovense, reitera: «sí, sí, será muy especial jugar».