No es fácil acabar con la tiranía que Novak Djokovic está imponiendo en el tenis masculino. El número 1 lo es porque apenas acumula derrotas (de hecho, solo ha perdido tres partidos este año), y lo demostró la semana pasada al batir en la final de Madrid a Andy Murray.

Ayer, en cambio, no fue un domingo cualquiera porque las tornas cambiaron y el británico le devolvió la pelota al arrebatarle el título en el Masters 1.000 de Roma con un doble 6-3. Nole jugó incómodo todo el partido, protestando al árbitro por jugar en una pista resbaladiza, pero lo cierto es que Murray estuvo más categórico durante todo el duelo y acabó imponiéndose tras una hora y 35 minutos de juego a apenas una semana del inicio de Roland Garros, el único grande que Djokovic no ha ganado nunca. Murray solo había ganado uno de sus 13 últimos partidos con el serbio y nunca lo había hecho en tierra batida.

Murray, además, ha sido el primero en ganar en Roma en los últimos 11 años que no se llama Djokovic (cuatro títulos) o Rafael Nadal (siete). En el 2004 el campeón fue otro mallorquín, Carlos Moyà. Es el primer título de la temporada para el escocés, que había perdido las finales del Abierto de Australia y de Madrid, y que hoy será número 2 del ránking mundial.