Alemania ha pasado página a la fase de previa y piensa ya sólo en los "partidos de la verdad" que empezarán en octavos de final con el duelo ante Suecia, y el equipo se muestra consciente de que, pese a la euforia suscitada por las tres victorias conseguidas, ahora todo empieza desde cero. "Dimos buena impresión, pero todavía tenemos que mejorar", dijo ayer Ballack.