Sigue instalada en el cielo, incrédula todavía con lo que hizo y aún con la voz temblorosa al recordarlo. Anna Cruz (Barcelona, 27 de octubre de 1986), es más de hechos que de palabras, aunque sea licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Burgos.

“Seguramente es la canasta más importante de mi vida. Pero espero que me queden muchas más”, explica, atrapada en una enorme sonrisa de felicidad, la nueva heroína de la selección femenina de baloncesto. Cruz abrió la puerta de las semifinales de Río, que enfrentará a España a la vigente campeona europea Serbia (20.00 horas), gracias a una canasta milagro, un tiro lanzado en el último segundo que sirvió para superar a Turquía, y que por muchas veces que se repitan las imágenes seguirá pareciendo una acción imposible.

LA INFALIBLE 'CRUNCHELITO'

“No tiré en buena posición. Fue un churro. Se me apareció la Virgen”, relata Cruz, que fue literalmente arrollada por sus compañeras en medio de la pista, una montonera de felicidad, ya que España nunca había traspasado la frontera de los cuartos de final. Lo mejor había sido un quinto puesto en Barcelona y Pekin. “Fue Alba (Torrens), la que sacó de fondo rápido cuando anotaron ellas, quedaban cuatro segundos y la verdad es que no quería jugar la prórroga, porque estaba muy cansada. Cuando he estado un poco cerca y creía que tenía un poco posición de tiro, tiré y entró”, relata.

Cruz fue de abrazo en abrazo, zarandeada, estrujada y besada porque España vislumbró la condena cuando se vio ocho puntos por detrás en el marcador. Pero la jugadora de las Minnesota Lynx de la NBA y del Dynamo Kursk ruso, las dos ligas que simultanea, sumó 8 de los últimos 12 puntos de España en un parcial milagroso de 12-2 que giró el desenlace, rematado con la canasta sobre la bocina.

“Frente a Montenegro en el Europeo metió una parecida. A partir de ahora ya sabemos quien se la jugará, Crunchelito”, soltó la baseSilvia Domínguez, con la que comparte un campus en verano en Tiana (Cruz es de Badalona, Domínguez de Montgat) desvelando el nombre con el que se conoce a la escolta en el vestuario de la selección. “Lo de 'Crunchelito' viene por eso, por lo de las canastas decisivas, pero no voy a explicar cómo surgió. Es un secreto”, admite la escolta y a veces base de la selección española, que desborda pasión por el baloncesto, explicable por sus raíces badalonesas.

CAMPEONA NBA

“Cuando tenía a Anna en el Olesa, hace años, y jugábamos en Primera, jugamos seis prórrogas ese año, Y en las seis el último balón fue Anna y las seis las metió dentro, Es muy segura en esas acciones. Anna es muy grande, pero lo que es grande es lo que ha hecho el equipo”, revela el seleccionador Lucas Mondelo.

Cruz está en racha porque el pasado octubre se proclamó campeona de la NBA femenina con las Lynx en una final que le enfrentó a las Phoenix Mercury de la gerundense Marta Xargay, también presente en la selección . “Cumplí un sueño que jamás creé que lograría”, dice Cruz. Pero ahora anda metida en otro sueño que la acerca a las medallas olímpicas. “Va a ser una guerra, nos tenemos muchas ganas Serbia y España”, comenta sobre el rival al que ya vencieron en la primera fase (59-65) y que dirige Marina Maljkovic, la hija del extrenador del Barça.

“Estas chicas siempre creen hasta el final. Se merecen una medalla, ya sea ganando a Serbia o el partido por el tercer puesto”, explicaMondelo, lo que completaría un ciclo hermoso para el baloncesto femenino, tras el oro y el bronce del Europeo (2013 y 2015) y la plata del Mundial 2014.