El estadio Philips de Eindhoven, el PSV y su fortaleza en casa ponen a prueba este miércoles al Atlético de Madrid y su gran ambición, la Liga de Campeones, el desafío pendiente de un grupo ganador, apartado el domingo de la lucha por la Liga e ilusionado con un reto de tremenda exigencia. Desde hace dos años, desde que un gol en el minuto 93 de Sergio Ramos provocó una prórroga y una derrota cruel del club rojiblanco, este torneo es el anhelo del Atlético, que lo ha ganado todo en la era Diego Simeone (una Liga, una Copa del Rey, una Supercopa de España, una de Europa y una Liga Europa)... menos la Champions. La máxima competición europea, de la que dos minutos, uno en Bruselas en 1974 y otro en Lisboa en 2014, le han privado de ser campeón continental dos veces, asume ahora en este momento toda la transcendencia para el Atlético de Madrid.