La confirmación de que el dopaje es una práctica generalizada a nivel profesional y la sospecha de que las mafias manipulan resultados de partidos han sacudido los cimientos del deporte en Australia. "Los hallazgos son estremecedores y van a indignar a los aficionados en Australia", ha afirmado el ministro australiano de Justicia, Jason Clare, en una conferencia de prensa en Camberra al presentar el informe Crimen organizado y drogas en el deporte.

"Esto es hacer trampa y, lo que es peor, es hacerlo con la ayuda de delincuentes", acotó Clare, flanqueado por la titular de Deportes, Kate Lundy. El estudio denuncia el dopaje habitual entre los deportistas de elite e implica a algunas mafias en la distribución de las sustancias prohibidas. No solo deportistas individuales sino hasta todo un equipo han consumido estas drogas ilícitas que contienen hormonas y péptidos, entre otros componentes.

Algunas de estos compuestos, que científicos especializados en deporte, médicos, farmacéuticos, entrenadores y personal de apoyo han entregado a los atletas, no están autorizados para el consumo humano, según el citado estudio. El presidente de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y exministro australiano de Finanzas, John Fahey, destacó previo a la presentación del trabajo que este "da cuenta de la amplitud y profundidad del problema en un país que se vanagloria de practicar el juego limpio".

En cuanto a las mafias, la Comisión Australiana contra el Crimen dice en su análisis que sospecha que en al menos en una oportunidad se ha manipulado el resultado de partidos. El subcomisionado de la Policía del estado de Victoria, Graham Ashton, dijo en otra intervención que la liga profesional del fútbol australiano es la más vulnerable a que se manipulen los resultados, al igual que el cricket y el tenis. Ashton añadió que "cualquier deporte que atrae grandes apuestas del extranjero puede estar en peligro" y defendió la necesidad de tomar acciones preventivas ahora. El policía informó de que se han llegado a hacer apuestas desde el extranjero de hasta 41 millones de dólares (30,5 millones de euros) en el resultado de un solo partido. "Hemos visto un aumento grande de quinielas de apuesta en Asia en la Liga A de fútbol (australiano)", manifestó Ashton.