El Badajoz quiere ampliar su espectacular arranque liguero con 7 puntos de 9 posibles, en lo más alto de la tabla junto a tres equipos más y como el único club del fútbol profesional que se mantiene imbatido. Además, sus tres tantos a favor (obra de Gorka Santamaría, Dani Segovia y Sergi Maestre) le han dado dos victorias ante los filiales del Sevilla en el debut en casa y el Cádiz el pasado domingo. Además, el empate a cero en Cartagena en el estreno liguero. Con la moral alta y el equipo en gran momento, los blanquinegros reciben a un equipo en alza, el Algeciras, a las siete de la tarde en el estadio Nuevo Vivero.

El técnico Mehdi Nafti convocó ayer a 20 jugadores, con la baja de Kike Pina con una contractura en los isquiosurales, más el pacense Guzmán Casaseca, el recién fichado Arturo Segado y el defensa Kingsley Fobi tras su concentración con la selección de Ghana. Son bajas además de Kike por lesión, Chris Ramos con esguince de rodilla y Djak Traoré que continúa con su recuperación.

Nafti destaca que será un partido muy distinto al del pasado domingo en Cádiz. «Primero, por la filosofía de juego de los dos equipos. El Algeciras está surfeando sobre la ola del ascenso. Es un equipo que tiene una confianza enorme, unas estadísticas después de tres jornadas, a la altura de la filosofía de juego que tienen. Les gusta tener la posesión del balón, es de los equipos que más ha tirado a puerta del grupo hasta ahora, les gusta llevar la iniciativa del juego, proponen mucho, muy precisos... es un equipo alegre que está con la dinámica de la temporada pasada».

El técnico destaca que «esperaba llegar en las mejores condiciones posibles para competir y después los resultados dependen de tantas cosas…Los otros equipos supuestamente fuertes de la categoría ya has visto cómo han empezado: el Burgos no ha ganado todavía, el Nastic lleva dos derrotas, el Ibiza ha perdido un partido. Recre, Cartagena…todos están sufriendo. No hay ni un partido fácil y los supuestos equipos pequeños no son tan pequeños y los grandes no son tan grandes».

El entrenador envía a sus jugadores un mensaje de humildad y optimismo. «Al final son todos jugadores de Segunda B. Es la realidad. Si los míos están jugando en el Badajoz es porque nadie les quería en Segunda A. Y desde esa humildad que se pongan el mono de trabajo y demuestren que pueden jugar en otra categoría. Y tienen toda la temporada para demostrarlo», abundó.