La bandera del CD Badajoz ya luce en lo más alto de la parroquia del Espíritu Santo, cuyo párroco y capellán blanquinegro desde la refundación del club en 2012 es el exfutbolista Valeriano Domínguez. "Quiero animar a todos los vecinos que pasen por el entorno parroquial y alentarlos a que animen al equipo porque Badajoz ya se merece que tengamos un equipo en superior categoría", declara.

No sólo se ve de capellán del Badajoz de plata, "sino que me gustaría llegar a ser capellán de Primera División. Sería lo máximo en el deporte". El párroco añade que "no sólo estamos disfrutando de una gran temporada sino de todo lo que nos ha sucedido, que ha sido un plus de alegría, gozo y vivencia. Están mereciendo la pena muchísimas cosas, no sólo la temporada regular en la que acabamos terceros, sino el regalo de la Copa del Rey".

Valeriano Domínguez fue futbolista. "En mis primeros años de cura cuando todavía no existían los móviles, tablets ni tantas televisiones empecé una pastoral de arrimar a los muchachos al fútbol. Cuando llegué a Corte de Peleas, que fue mi primer destino, no había fútbol y conseguimos que fuera todo el pueblo y romper el mito, esa barrera entre el sacerdote y los laicos. Jugar y entrenar con ellos me llevó a tener una vivencia impresionante. Llegamos a subir a Regional Preferente y después me fui a La Estrella y al Valdelacalzada. Conseguimos recursos económicos para poner focos en el campo de fútbol y sobre todo el fútbol fue un instrumento para que la gente joven se acercara al cura".

Ocho años de capellán

Hace ocho años le llamaron para que fuera el capellán "y siempre que me lo permiten las labores de la parroquia voy a los partidos y también a los desplazamientos por la provincia de Badajoz. He salido corriendo de alguna misa aunque sea para ver el segundo tiempo o me he salido al descanso para llegar a misa, pero nunca he pedido a un compañero que dijera una misa para ir a ver al Badajoz, pero si llega el caso lo haré, no será un problema", expone. Y anima a que el Badajoz pueda subir "por lo que significaría estar en superior categoría para que nos saquen de la rutina y nos regalen victorias".

El sábado por la tarde será la ofrenda floral de la plantilla del CD Badajoz a la Virgen de la Soledad, patrona de la ciudad, un acto que espera sea muy emotivo y entrañable. "Pondremos a la Santísima Virgen como capitana para que nos guíe en la aventura. Estamos todos ansiosos de que salga bien y podamos recibir victoriosos a nuestros jugadores y el 26 nos regalen el ascenso que es lo que deseamos".

El capellán blanquinegro subraya que "ser hombres y mujeres de fe no está reñido con el juego. Ellos se juegan muchísimo, el ascenso les supondría una nueva categoría laboral y personal que recordarán toda la vida. Hay que animarles y aunque ellos ya lo saben, que sepan que toda la ciudad está detrás. Les animaré y en el ascenso estaremos con ellos en la distancia porque no podemos acompañarles por la pandemia".

Valeriano siempre reza por la honestidad y que no haya lesiones. "Hay que pedir por ganar pero si todos le pedimos a Dios y a la Virgen que ganemos, todos los equipos tendrían que ganar. Hay que pedirles que seamos honestos y que la Santísima Virgen les libre de lesiones a ellos y a sus compañeros del equipo contrario. Y que regresen bien y puedan encontrar bien a sus familiares".

Al capellán le agrada muchísimo ver a un jugador presignarse cuando salta al campo "porque es un símbolo cristiano que te pone en la presencia del Señor. Cuando veo a un jugador hacer la señal de la cruz o cuando marca un gol, o sale de una jugada brusca, me alegra mucho y me uno en su oración". Y cuenta con gran simpatía como anécdota también "que hay gente de los aledaños que me pide entradas y les digo que no las tengo pero que puedo hacerles el favor de ir a comprárselas". El Badajoz tiene la máxima fe en el ascenso y prueba de ello es Valeriano Domínguez.