El largo parón después de la fase de grupos llega a su fin para Milán y Barcelona, que se ven las caras en San Siro (20.45 horas, C+ Liga de Campeones) en la ida de los octavos de final, un choque en el que los azulgranas pondrán a prueba la competitividad histórica de unos rossoneri venidos a menos y que quieren demostrar que están bien vivos.

Duelo histórico donde los haya, el equipo culé es consciente de que pese a que no tenga nombres tan conocidos como antaño, este Milán se agarrará con uñas y dientes a una Champions donde sigue dando respeto, y más en este duelo ante su afición del que dependen buena parte de sus opciones de ir al Camp Nou a poder sellar el pase.

Pero el billete a cuartos estará caro pase lo que pase. "Saben competir, sean famosos o no sus jugadores", advirtió el director deportivo azulgrana, Andoni Zubizarreta, en la previa. Además, los milanistas recuperan al faraón Stephan El Shaarawy para el choque, donde ya saben que no podrán contar con el fichaje de invierno Mario Balotelli, que jugó en Champions con el Manchester City.

Allegri, consciente de que tendrán que hacer algo "verdaderamente grande" para eliminar al Barça, no quiere que se les tilde de "víctimas", pues cree que tienen argumentos para pasar a cuartos de final siempre y cuando estén atentos en todo momentos y valientes a la hora de disputarle la posesión de balón a los azulgranas.

El regreso de Xavi Hernández, ya con el alta médica, puede reubicar a Iniesta en el extremo izquierdo con Cesc en la medular, toda una declaración de intenciones de un Barça que quiere ganar en San Siro y no pasar apuros en el Camp Nou, y que busca hacerlo con su filosofía de toque y dominio.

Además, el centro del campo del Milán solo tiene a Riccardo Montolivo para la creación, y que estará solo en esta dura batalla. No obstante, las bandas de Boateng y El Shaarawy serán un peligro para la defensa blaugrana, que necesita en estas fases clave de la competición consolidarse y no ceder algunos goles que, en eliminatorias, pueden pasar factura.

Pero si algo han demostrado los azulgranas es que no se arrugan ante nada, por histórico que sea el rival o el estadio. En la pasada campaña, rossoneri y culés se encontraron en la fase de grupos (2-3 en Milán y 2-2 en Barcelona) y también en los cuartos de final. A los buenos recuerdos que trae San Siro en Barcelona, se le suma este año el reencuentro que tendrán los jugadores blaugranas con su excompañero Bojan Krkic.