El Barça tiene en su mano la posibilidad de pasar como primero de grupo a los octavos de final y para ello le basta con sumar sendas victorias en los partidos que le quedan en casa (Rangers y Stuttgart), con lo que sería inalcanzable para el resto de equipos.

El objetivo planteado por Frank Rijkaard era conseguir la primera plaza y poder disputar, de esta manera, la vuelta de final de los octavos de final en el Camp Nou.

La sorpresa de la primera vuelta ha sido el hundimiento del Olympique de Lyon, el equipo que, en teoría, debería disputar al Barça la primera plaza del grupo. Sin embargo, después de haber perdido en Barcelona (3-0) y también en casa frente al Rangers (0-3), la situación de los franceses es muy complicada.

El encuentro ante el Rangers deja diferentes lecturas para el Barça. La positiva es que sigue sin encajar ni un sólo gol en Europa; que Puyol ofreció más profundidad que Oleguer en el lateral derecho y el correcto papel de Gudjohnsen como centrocampista.

La negativa es que el equipo, que dominó con claridad especialmente en el primer tiempo, en el segundo apenas creó peligro.