Hace seis años, la sala de prensa del Camp Nou no estaba llena para recibir a Pep Guardiola, convertido entonces en el técnico del Barça B, escoltado por Joan Laporta y Txiki Begiristain. Un año más tarde, junio del 2008, la sala París del estadio azulgrana se quedó pequeña para recibirle como el máximo responsable técnico anunciando en su primer día de trabajo que no contaba con Ronaldinho, Deco ni Eto'o. Y hoy llega a Múnich, recibido como una celebridad, saludado como un entrenador estrella, cual si fuera uno de los Beatles de gira mundial, pese a que toma los mandos del Bayern, un equipo que lo ha ganado todo esta temporada. Todo es todo.

Guardiola abrirá la puerta del Allianz Arena (12.05 horas) en un acto que explica el cambio de un técnico mirado con recelo en su casa --"cómo se le puede dar el equipo a un becario", se le decía con desdén a Laporta por entregarle el Barça-- y admirado, cuatro años después, por la majestuosidad de la obra levantada: 14 títulos y un fútbol que pertenece ya a la memoria colectiva del deporte mundial. Hoy, cuando tome asiento en el Allianz, casi 200 periodistas estarán pendientes de sus primeras palabras, escoltado por Uli Hoennes, el presidente del Bayern; Karl Heinz Rummenigge, vicepresidente ejecutivo, y Mathias Sammer, director deportivo.

DISCURSO EN ALEMAN El día uno de Guardiola en Múnich será, además, transmitido por seis canales de televisión en directo (cuatro en Alemania, dos en España), la prueba del espectacular recibimiento que le espera. Un acto para el que lleva mucho tiempo preparándose el propio Guardiola, que ha recibido clases de alemán en los seis últimos meses. Fanático y obsesivo como es con todo lo que hace, el nuevo técnico del Bayern espera responder en el idioma germano a todas las preguntas que le hagan, consciente, al mismo tiempo, de que necesita un uso fluido del mismo para trasladar su filosofía futbolística.

A Guardiola se le aguarda con admiración --el Barça de Messi, Xavi, Iniesta... que construyó en tan poco tiempo perdura todavía como un equipo casi perfecto--, pese a que Alemania, y el Bayern de Heynckes, sobre todo, se han convertido esta temporada en el faro del fútbol europeo porque ha destronado, precisamente, a los azulgranas con un 7-0 en la semifinal europea, encadenando Liga, Copa y Liga de Campeones.

Tras estar un año sabático, Guardiola se asomará a la Bundesliga entre la admiración y el descomunal desafío al que se enfrenta.