«Me encantó la ciudad por muchas cosas, entre otras porque está cerca de mi casa». Cumple su tercera temporada en el Cacereño el portero Ángel Bernabé Acosta (11 de agosto de 1987, Velada, Toledo) siendo feliz personal y deportivamente pensando en un inexcusable reto: «el ascenso; este club tiene que aspirar siempre a eso», proclama.

Bernabé lo pasó mal el domingo ante el Plasencia. El gol del empate, tras un error suyo (luego hubo triunfo 4-1), trastocó cualquier plan en ese momento. «Más que nada fue por ser al final de la primera parte. Nunca es excusa, pero el balón de este año es como un globo y varía la trayectoria cuando menos te lo esperas y estás confiado», asume primero y comenta técnicamente después.

Pero el meta verde está satisfecho por el momento del equipo y los errores puntuales no le afectan. Más bien le hacen crecer en lo psicológico alguien que tiene a su padre como referencia en ese puesto tan especial. Su trayectoria es la de un futbolista de inicios profesionales lujosos y ello le ha dado poso. «Jugué en las selecciones inferiores con gente como Piqué», dice. También lo hizo con jugadores extremeños como Manolo Parra (Calamonte).

Y es que el meta militó en todo un Atlético de Madrid, siendo tercer portero. Además, Salamanca, Toledo, Sanluqueño... Pero ha visto de todo, ya que hace tres años estuvo a punto de dejar el fútbol tras un nefasto año en el Marbella. «Lo pasé mal», agrega. Bernabé ha renacido para el fútbol. «Aquí he encontrado la tranquilidad en un proyecto con estabilidad y me encuentro muy bien», dice sobre él Y ello lo extiende y personaliza. «Están haciendo una gran labor por el Cacereño tanto Luis Puebla como Carlos Ordóñez», comenta.

Las perspectivas deportivas son las mejores, según su valoración. Además de subrayar que acabar como campeones tiene que ser este año la meta ineludible del decano, cuando se le invita a hacer una comparativa en relación a otros años comenta que en la temporada en la que llegó había «muy buenos jugadores, de mucha calidad, técnicamente muy bueno» y que en éste hay «dos equipos, si no juega uno por puede hacer igual otro y que quizá sea más directo a la hora de atacar y más competitivo», recalca el toledano.

Unión

A Bernabé no le descentran momentos puntuales como su propio estado de forma o del equipo. Todo, según dice él mismo, se debe concentrar en el trabajo del día a día «con el cuerpo técnico y todos unidos en el vestuario» y pensar que, realmente, «el balance se hace a final de temporada». «Ojalá consigamos el objetivo entre todos».

Bernabé no piensa ahora en la retirada. «Aún tengo 32 años», recuerda, una edad muy buena para un portero. «También es la de Messi, jajaja», dice distendido el de Velada.

Cuando le llegue la hora dice tener claro que quiere seguir vinculado al fútbol. «Me gustaría ser director deportivo», proclama. Pero Bernabé tiene otra pasión: la cantera. Está colaborando con diferentes equipos de categorías inferiores del club verde, en especial con los porteros, que tienen en él, evidentemente, una referencia. Y es que el meta tiene un carisma especial para alguno de ellos. A todos les ayuda y siempre con una sonrisa. La sonrisa de la experiencia. La sonrisa del futbolista que reconoce sus errores, que trabaja para mejorar y que siempre piensa en positivo.