El pobre pensó que, tras el lío en el que le metió Alejandro Sanz, acusándole de no querer ponerse la camiseta de La Roja en Montmeló, ya solo faltaba que la bandera española se enredase en la cadena y quedase destrozaba en la vuelta de honor. Y, claro, nada más bajarse de su Yamaha triunfal, pidió disculpas "pues lamento que la bandera se haya liado en la rueda, cosas que pasan". Ese es Jorge Lorenzo, un tipo que el día que consigue su máximo título, el de rey de reyes, lo celebra con el cartel de "Game Over", esto se ha acabado, y con dos Supermarios. Carlos Gil, su chófer, era uno de ellos. "Si tenemos a SuperLorenzo, lo lógico era celebrar el título más super con un SuperMario ¿no?".

Chico, tú vales mucho

Uno de los que recibió al nuevo campeón de MotoGP y ya flamante tricampeón fue Alex Crivillé, el primer campeón de la categoría reina (Honda, 1999). "Bienvenido al club, chaval", le dijo Crivi bromeando a Giorgio. "Ahora te darás cuenta del lío en el que te has metido. No te dejarán vivir". Y los dos rompieron a reír. Ni que decir tiene que el Nen de Seva está encantado de que "un chaval con el desparpajo de Jorge haya conseguido el mismo título que yo. Para mí, olvídense, déjense de cuentos, con caída o sin caída de Rossi, con lesión o sin lesión de Pedrosa, Lorenzo hubiese sido campeón este año, sí o sí".

Porque como coinciden los que saben de esto, Lorenzo ha sido el mejor de largo en este campeonato, que ha ganado a lo grande, cuando aún faltan tres grandes premios.

"Aquí parece olvidarse que están los mejores pilotos del mundo", dice Ramón Forcada, técnico de Lorenzo. "Se lesionó Vale, sí, pero seguían estando Stoner y Dani; se cayó Dani, sí, pero seguían estando Vale y Stoner. Aquí están los mejores con las mejores motos. Y Jorge los ha ganado a todos. Y no en uno, sino en muchos circuitos. Y ha ganado a Rossi con su misma moto". Forcada coincide con Crivillé en que Lorenzo ha sido el mejor fuera y dentro de la pista, sabiendo manejar la presión y el día a día del Mundial. "Lo importante no es llegar, es mantenerse. Y nadie dice que Jorge se convirtió, ya desde el segundo GP, no solo en el líder del campeonato sino en el hombre a batir, a marcar, a perseguir, a presionar. Y él lo llevó con enorme entereza y experiencia", dice Forcada.

Crivillé y Forcada recuerdan que "Jorge no se ha caído ni una sola vez en carrera, no ha cometido ni un solo error y eso tiene mucho mérito cuando se corre con la necesidad y la obligación de campeonar". Y esa regularidad es la que le ha convertido en el mejor de este Mundial.

Ese Lorenzo fue el que dio las gracias ayer a todos los que le han ayudado a ser el mejor. "Recuerdo a mi padre Chicho, a Sacchi, a Amatriain, a Jarvis, que confió ciegamente en mí y me fichó para Yamaha, a Marcos, al equipo, que siempre me ha dado la mejor moto y a mis fans, que elogian mis virtudes y entienden y son comprensivos con mis defectos".

Papá Chicho fue quien lo hizo piloto, quien primero creyó en él. Sacchi fue quien le obligaba a decir "buenos días a todos" cuando entraba en el box de Derbi de lo contrario no le dejaba coger la moto. Amatriain fue su segundo padre, quien lo acogió en Barcelona y lo convirtió en bicampeón del mundo de 250cc. Jarvis quien lo fichó para Yamaha en contra de la opinión del mismísimo Valentino Rossi. Y Marcos (Hirsch), quien le ha ayudado a ser, desde fuera del box , el piloto nº 1 de Yamaha.

Esto no se acaba aquí

Juanito Llançà, su mecánico de toda la vida, desde niño, cree que "Jorge es muy activo, espontáneo, impulsivo, sacrificado, muy profesional y se lo pasa bien encima de la moto". Eso sí, ha aprendido de todo lo que le ha ocurrido, fuera y dentro de la pista. "Es un superviviente de la vida", dice Llançà.

Lorenzo contó ayer que al ganar su primer título de 250cc pensó que ya podía morirse tranquilo "que ya lo había hecho todo". Pero ayer, tras la mayor conquista que piloto alguno puede lograr, aseguró que trabajará duro para que "esto se repita".

Preguntado si estábamos ante el inicio de la era Lorenzo, el campeón puso cara seria y dijo: "Hay que seguir empujando, amigo, ahora más que nunca. Si no sigues con la mirada del tigre, te comen los otros tigres, fijo, seguro".