"Si sobrevive este año a las dos o tres primeras rondas, Nadal puede ganar en Wimbledon". Quien habla así, con tanta contundencia y seguridad, es el hombre que le entregó ayer la Copa de los Mosqueteros al tenista mallorquín. Quien habla así, tan convencido de que Rafa puede alcanzar uno de los retos que le faltan, es Bjorn Borg. El no solo ganó seis Roland Garros sino que también conquistó en cinco ocasiones Wimbledon. El sueco, el último tenista que ganó ambos torneos en el mismo año (1980), no duda de Nadal.

"Está jugando realmente muy bien en hierba. Ya se vio el año pasado cuando llegó a la final y tuvo sus opciones", recordó Borg, quien apeló a la mentalidad del mallorquín para apoyar su convicción. "Seguro que volverá a Wimbledon para ganar", dijo el campeón sueco.

El primer desafío es triunfar en la hierba. El segundo es bañarse en el oro olímpico de Pekín, una aspiración de Nadal, que ha convertido esa cita en una de las grandes de su calendario. Y si pudiera, para concluir el año, quiere alcanzar una cima que hasta ahora le ha resultado inalcanzable: conquistar el número uno.