Han vuelto a ganar, de nuevo suman un doblete, pero los Brawn ya no dominan con la aburrida superioridad del inicio de temporada. Tras un bache en el que los Red Bull les llegaron a soplar en el cogote, Rubens Barrichello y Jenson Button dieron ayer, en Monza, un golpe de efecto para distanciarse del resto y reducir el título de pilotos a una batalla doméstica a la que han invitado a los McLaren, Ferrari y Force India.

Con tanto colorido, el Gran Premio de Italia resultó vibrante, espectacular, entretenido, tanto que Lewis Hamilton se salió a falta de dos vueltas cuando peleaba por alcanzar y adelantar agónicamente a Button.

Hubiera sido la carrera perfecta para que Jaime Alguersuari se soltara la melena en su cuarta carrera en F-1. Pero su Toro Rosso le amargó todo el fin de semana. "Abandoné porque tuve problemas con el cambio".

Mark Webber fue la primera víctima de la apasionada lucha desencadenada en Monza. Dañó su Red Bull contra el BMW de Robert Kubica en la primera chicane (el polaco abandonó más tarde por los daños). Fue en la primera frenada de la carrera, donde Kimi Raikkonen adelantó a Adrian Sutil y Heikki Kovalainen se cayó de la cuarta a la séptima plaza.

MALA SALIDA Los reforzados pianos de Monza no permitieron atajos, ni despistes. Este año no había lugar a pasar por otro lado que la pista. En el tumulto quedó atrapado también Fernando Alonso. "No tuve tracción en los primeros 25 metros, aunque el KERS me ayudó a recuperarme".

El asturiano se quedó emparejado con Vitanttonio Liuzzi en el estrecho paso, pero el italiano (fenomenal debut en lugar de Fisichella tras año y medio de inactividad) no cedió un centímetro y le llevó a meter dos ruedas por la hierba. Eso le costó ser adelantado por Sebastian Vettel, al que consiguió rebasar al final de la segunda vuelta, un giro antes de dar cuenta de Kovalainen, mientras Giancarlo Fisichella se las veía con Nakajima y Hedifeld, Trulli con Grosjean... La guerra global.

Solo Hamilton veía la pista libre desde un liderato ganado en la clasificación, eso sí, con poca gasolina, con una estrategia a dos paradas, igual que Raikkonen, Sutil y Liuzzi.

El resto, incluidos los Brawn, eligieron una sola parada. Los coches del mago Ross han superado la crísis en la que entraron cuando el frío les volvió locos con los nuemáticos en Gran Bretaña y Alemania. Algunos cambios en los reglajes y mejoras aerodinámicas acabaron con el problema de la temperatura de las gomas. Pero esos cambios han variado el equilibrio del coche que ahora parece comprender mejor Barrichello que Button. Su segundo triunfo del año le acerca a 14 puntos a su compañero a falta de cuatro carreras.

PELEA HASTA EL FINAL Hamilton, Raikkonen y Sutil marcaron un ritmo tan parejo que no alargaron el pelotón. Los Brawn simplemente esperaron a que madurara la fruta, a que sus tres rivales se detuvieran dos veces en el box para tomar la cabeza. Dejaron el jaleo atrás, entre Sutil (atropelló a dos mecánicos en su segunda parada)y Raikkonen por la cuarta plaza, entre los Toyota, Nakajima y Fisichella, que en su debut con Ferrari fue noveno.

Quizá no contaba Button con la ambición de Hamilton. El inglés no se conformó con el podio. Exprimió su McLaren en el último relevo. Ambicioso siempre, se fijó como objetivo alcanzar a su compatriota. Y lo tenía a un segundo cuando, a falta de dos vueltas, golpeó dos muros de Lesmo. El abandono de Hamilton permitió a Raikkonen sumar su cuarto podio consecutivo; a Sutil, un cuarto, el mejor resultado de su vida y a Alonso un quinto (el abandono de Liuzzi por avería también le ayudó), que le sabe bien porque ayer el podio "no estaba a nuestro alcance".