El Racing no lo confirma, pero Germán Mono Burgos, portero del Atlético, aparece como figura central en el presunto intento de soborno de que fue objeto la semana pasada Mario Regueiro, jugador del equipo santanderino, por parte de alguien que decía hablar en nombre del Celta. El Racing presentó el sábado pasado una denuncia ante el Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol, que ha abierto un expediente informativo. El club gallego, por su parte, rechaza su implicación en el asunto.

"Esto no es un castillo de naipes. Hay nombres y datos concretos. Hubo una llamada, con origen y destino probados, en la que se hicieron propuestas ilegales y amorales", dijo ayer en rueda de prensa el presidente de la entidad cántabra, Santiago Díaz. No desveló detalles de la denuncia, pero todo apunta a que Burgos aparece como intermediario.

Al final, resultó que hubo cuatro penas máximas y en ninguna estuvo de por medio el futbolista uruguayo, que fue expulsado en el minuto 34 por doble amonestación. Sí es cierto que la segunda fue a consecuencia de una entrada absurda por detrás a un rival en el medio del campo.

Regueiro, según fuentes oficiosas del Racing, recibió el miércoles una llamada telefónica de una persona que presuntamente se identificó como El Mono Burgos. Esee, tras hablarle de los grandes amigos que tiene en el Celta, le trasladó el ofrecimiento de una cantidad cercana a los 120.000 euros (20 millones de pesetas) por provocar un penalti. Inmediatamente lo puso en conocimiento de un alto empleado del club, que decidió llamar al número que había quedado grabado en el teléfono móvil del futbolista uruguayo. Le respondió un tal Germán Burgos.