"Estoy a tope con el Cacereño y este club es el más saneado del mundo, pero ha sido un palo lo del aval". Antonio Martínez Doblas, consejero delegado del Cacereño, hacía esta reflexión en un día, el de ayer, especialmente extraño en la entidad, que anunció el "cierre físico" de las oficinas y el propio club. La traducción de esta coyuntura tan llamativa es clara: no habrá gestiones para fichajes y renovaciones y no se tomará decisión alguna ni siquiera sobre quién será el entrenador.

La semana siguiente a la ejecución del aval del IBI por parte del ayuntamiento, que ha supuesto para el bolsillo de Doblas un desembolso de 246.000 euros, el Cacereño ha adoptado una serie de medidas aparentemente destructivas pero que, según Doblas y el propio director general, Angel Marcos, se toman para ahorrar dinero.

Y es que el club ha decidido cerrar las oficinas del club en el estadio y ha dado vía libre a los jugadores para que se busquen equipo si no quieren esperar. "No vamos a desaparecer y saldremos en Segunda B, aunque no sabemos con qué proyecto", insistió ayer Doblas en declaraciones a este diario.

La situación es anómala, reconocen los protagonistas, pero lógica, insisten. Las especulaciones se ha disparado espectacularmente en la ciudad, hasta dar por hecho de que Marcos dejará el club y que llegará en su puesto Faustino Bueno Cidre, ´Tinín´, algo desmentido por el propio Doblas "porque todavía no tenemos nada hecho en cuanto a planificación".

Varios futbolistas pasaron ayer por las oficinas (Palero, Tito, Rai y Rocha) con la idea de preguntar sobre el futuro y por el dinero que aún les adeuda el club. "Ahora lo que vamos a hacer es liquidar y quedarlo todo a cero y luego ya veremos". Marcos ejerció de anfitrión y trató de solventar la situación en la medida de lo posible. Como Sonia Cobo, la responsable de prensa, o los entrenadores Adolfo Gómez Senso o Javier Moreno, entre otros, que quedan desvinculados del club, al menos momentáneamente, según informó el propio Doblas.

Pero la paralización no será absoluta en este tiempo de reflexión hasta tener un presupuesto. El mantenimiento del estadio, y especialmente del césped, seguirá siendo efectivo. Por supuesto que el bingo también, aseguró la entidad.

70 familias

"El Cacereño es uno de los clubs que mayor número de familias mantiene en la región", declaró Marcos, que recordó que la entidad tiene alrededor de 70 trabajadores, contando los de la sala de juego. "Todo eso cuesta mucho dinero", añadió, "y lo que se está haciendo ahora es intentar ahorrar".

"Muy mal no lo habremos hecho", insistió el que sigue siendo el hombre de confianza de Doblas, que recordó que, desde la llegada de éste, hace justo dos años, el club ha conseguido cuatro ascensos y puede incluso lograr otro a Tercera con el equipo filial.

El club convocará una asamblea para, en un plazo máximo de 15 días, rendir cuentas ante los socios, a los que escuchará antes de tomar decisiones concretas. "Vamos a decirles con qué contamos y qué es lo que podemos hacer", dijo el empresario segedano, que subrayó: "esto no se va a abandonar en ningún caso". Y todo ello mientras en el club, especialmente en los aficionados, las preguntas se siguen sucediendo.