Prolongar la felicidad antes del ansiado regreso al Príncipe Felipe. Es lo que se plantea el Cacereño esta mañana en su visita al Sevilla Atlético (11.30 horas). En el momento más pletórico en lo deportivo de los últimos doce meses --nada acabó de ir rodado después de aquella histórica eliminatoria copera ante el Málaga--, los verdes se ven ahora capaces de absolutamente todo.

La racha de resultados positivos les ha situado a tiro de piedra de los cuatro primeros, superando un ciclo en el que estaban mucho más cerca de los puestos de descenso. Tras un tiempo caminando a tientas, el equipo ha encontrado una forma de jugar y la sigue fanáticamente, poniendo además los factores intangibles del fútbol, los mismos que antes le perjudicaban.

Sevilla se presenta como un terreno abonado para que siga la fiesta, aunque nadie cree que vaya a ser fácil. El filial hispalense es antepenúltimo y viene de cuatro derrotas consecutivas, aunque tres de ellas han sido fuera de casa. En contra del Cacereño está que llega con dos bajas importantes, el sancionado Mejías y el lesionado Medina, y una posible tercera, Dani Pérez, que es duda. Los tres juegan en la misma zona (centro de la defensa-mediocentro) y son importantes en la construcción del juego.

LAS ALTERNATIVAS "Aunque nuestra plantilla no es larga, tiene muchas variantes y podemos hacer muchas cosas en varios puestos", comentó el viernes Angel Marcos, que puso como ejemplo de sacrificio y versatilidad a Aaron, en el doble pivote con Checa. No hubo sorpresas en la convocatoria, con el habitual descarte de Fodé Mansaré.

Para el técnico del Cacereño, "el Sevilla Atlético tiene un buen equipo. Quizá ha perdido más porque ha intentado hacer muy buen fútbol. En el partido ante el Cartagena tuvo varias oportunidades y creo que fue injusto el resultado".

Según añadió, su equipo "ha madurado en el terreno de juego, en el vestuario y fuera también. Eso se nota y es una posición muy sensata. Además, en el campo es muy intenso para los rivales, que desde luego lo notan". Que haya clubs que estén ojeando a José Ramón "ocurre en muchos campos con los jugadores", comentó. Su caso, argumentó, es "normal en el fútbol". "Después de un año malo por muchas cosas, por lesiones o por falta de confianza del entrenador, al siguiente hay algunos que están muy bien. Ocurrió con Enrique en su día: venía del Maracena de no jugar y metió más de 40 goles conmigo. Al final se lo llevó el Cádiz", indicó Marcos, siempre tan propenso a poner ejemplos con sus anteriores etapas como entrenador del CPC.

El equipo, que de por sí suele aumentar su rendimiento fuera de casa, no estará solo. Los más irreductibles aficionados gestionaron un autobús que marchará casi al completo.