El Cacereño y el que ha sido su cuerpo técnico hasta el 22 de diciembre, integrado por José María Rebollo, su segundo, Aitor Bidaurrázaga y el preparador físico, Javier Serradilla, llegaron a un acuerdo en el acto de conciliación que tuvo lugar ayer en un juzgado de la ciudad.

Las dos partes mostraron su satisfacción por haber llegado a ese consenso, aunque en el caso del entrenador asume que «yo lo que quería no era dinero, sino trabajar y ascender al Cacereño, que estoy seguro que lo hubiéramos conseguido», recalcó.

«Cobrarán el contrato íntegro en dos plazos, el primero el 15 de febrero y el segundo el 15 de abril», aseguró el director general del CPC, Luis Puebla, que subrayó con tono y mensaje cargado de ironía: «para que luego digan si cumplimos o no, si somos serios o no...».

«Que al club le vaya lo mejor que se pueda», apuntó mientras tanto Rebollo, quien manifestó sentir cierta frustración. «El Cacereño es mi equipo de toda la vida. Lo he dicho por activa y por pasiva. Este club, para mí, está por encima de cualquier persona. Digo que he tenido el privilegio de trabajar con grandes profesionales y grandes personas, como Julio Cobos, Manolo Sánchez, Braojos o Ángel Marcos...».

Cuestionado sobre si espera volver al Cacereño alguna vez, explicó: «ahora es difícil hablar de eso. El tiempo lo dirá. Siempre quedará la duda sobre si se hubiera ascendido, pero mis números están ahí. Conmigo el equipo sí hubiera subido, lo puedo asegurar. Desde el partido de Murcia en Copa del Rey estaba convencido de ello, pero no me han dejado», se lamentó.

Rebollo incidió. «También tengo que decir que desde el principio esperas recoger el fruto a tu trabajo. Tengo la conciencia tranquila, pero hay que reconocer que estoy frustrado. Si el Cacereño consigue el éxito de ascender, yo siento que ese éxito será también mío y de mi cuerpo técnico», aseveró el entrenador.

«Quiero que el Cacereño suba por los jugadores, que se lo merecen», recalcó. En lo positivo, dijo que en estos meses había «aprendido mucho, pero se me ha exigido muchísmo. Aun así, he dejado a un equipo a velocidad de crucero», apuntó también, antes de alabar a Julio Cobos y su defensa de los entrenadores de la tierra. «Que seamos de aquí no quiere decir que seamos de quinta fila», se quejó, para indicar después que «yo en realidad no quería entrenar al club por dinero, sino por ascender». Del mismo modo, Rebollo dijo que éste era un año «peculiar porque vienes de un no ascenso» y que un club del perfil del CPC «está obligado a conseguir lo máximo».