Poco imaginaba Manolo Sánchez, encumbrado en el imaginario futbolístico local con la etiqueta de ídolo intocable, que su nueva etapa como entrenador del Cacereño iba a comenzar tan sazonada de espinas. Tantas que al cuarto partido liguero empieza a estar en una situación límite, demasiado parecida a la que hace menos de un año le costó el puesto a Angel Alcázar. Tres encuentros, cero puntos, cero goles. Lo justo para convertir la cita de esta mañana (12.00 horas, Príncipe Felipe) en poco menos que dramática bajo los parámetros implacables del fútbol de hoy en día.

Puede alegarse que los tres rivales que han tenido los verdes hasta (Leganés, Guadalajara, Lugo) están llamados a ocupar los puestos altos de la tabla. Y que Manolo trabaja con una plantilla prácticamente nueva, en la que varios de sus referentes dentro y fuera del campo han arrastrado o arrastran problemas físicos. Pero también preocupa extraordinariamente que el equipo haya ido más bien a menos. Por eso urge sumar al fin y, en casa, el Vecindario parece un oponente menos exigente.

DIAS FRENETICOS Los planes del entrenador son darle un giro a la situación desde esta misma mañana y con la complicidad de un calendario que se avecina apretado. En apenas ocho días habrá sobre el tapete nueve puntos (los de hoy, los del miércoles frente al Montañeros y los del domingo siguiente el clásico ante el Badajoz). Sin embargo, este mismo rush puede volverse en contra.

Desde luego, la cara de todos cambiará en caso de victoria hoy, una perfecta forma de empezar a construir el proyecto soñado por todos en el estadio Príncipe Felipe. Para ello, es obvio que habrá cambios, porque la imagen ofrecida en Lugo fue demasiado pobre. Rai y Sergio son las bajas confirmadas y lo único que parece seguro es que David Rocha recuperará la titularidad tras superar por completo sus molestias.