El Cacereño viaja hoy muy temprano hacia Valladolid, donde a partir de las 12.00 horas dirimirá un duelo capital para la tranquilidad. Perder equivaldría a complicarse en exceso; ganar, un alivio; empatar, un consuelo.

Son rivales directos el filial pucelano y el CPC. Con 25 puntos, están al filo de la navaja clasificatorio. Necesitan ambos un triunfo que les propulse y les confiera un plus de confianza. Angel Marcos, el técnico extremeño, valora el talento y las condiciones físicas de los blanquivioletas y avisa sobre el terreno de juego, un césped artificial con muchos años de antigüedad.

Se prevé un partido de segundas jugadas, de muchos choques, de pelea. Las bajas en los verdes (viajaron los juveniles Beato y Javi) y los últimos resultados, además del propio rival, aventuran una alineación con poderío físico. Con Zubi Gonzalo renqueante y Palero KO, Marcos dará entrada a Ale e incluso podría situar a Ismael Athuman, que aún no ha debutado, incrustado en el centro del campo.

La mejor noticia de la semana ha sido la permanencia en el equipo del lateral Toni, que finalmente decidió quedarse y rechazar la oferta del Guadalajara. De haberse marchado, el problema hubiera sido monumental para los verdes para una posición en la que no tiene recambio alguno. En teoría, se hubiera tenido que ir al mercado.

En el propio mercado se mueve ahora el CPC. Marcos ya se conforma con la llegada de un delantero puro que acompañe a Collado. Sumarían entonces 19 futbolistas, con la opción de que entren en convocatoria jóvenes del juvenil como los dos que van hoy. Antes de la noche del lunes habrá un fichaje, salvo sorpresa, y no serán ni Titi (que sigue en el UCAM Murcia) ni Plata, que finalmente ha firmado por el Loja.

El entrenador ya lo ha decidido: el equipo tiene que cambiar el estilo. Del toque se va a pasar al fútbol más directo, especialmente en el Príncipe Felipe. Las tres últimas derrotas en casa han hecho mucho daño y han hecho reconducir la situación. El problema que se plantea es el perfil de los centrocampistas de esta temporada: tanto Leo Ramírez, como David Cuerva como Antonio Amaro tienen un perfil técnico, y eso añade un plus de dificultad.

Al menos, el Cacereño, acostumbrado a vivir en el alambre, tiene a hombres con experiencia en sobrevivir en la zona media-baja de la tabla, como sucedió, por ejemplo, la pasada temporada, en la que el equipo pudo salvarse en la recta final. Hoy, en Valladolid, se anuncia una batalla crucial. Hace falta puntuar.