El Cáceres 2016 quiere disipar dudas en un encuentro que tiene el simple cartel de amistoso. El duelo ante La Palma (21.00 horas) se adivina como un test tan envenenado como positivista. Una mala imagen sembraría aún más incógnitas sobre el futuro del proyecto, nacido este año bajo halagüeñas perspectivas. Un triunfo coincidente, por contra, ahuyentaría fantasmas y haría olvidar la afrenta del viernes ante el Plasencia en la Copa de Extremadura.

"Hay que darle un empujón a esto". Lo dice una voz autorizada del vestuario, el capitán Juan Sanguino. El pívot, como el entrenador, Piti Hurtado, celebra que todo el grupo pueda entrenar ya tras no pocos avatares físicos de hombres importantes (Ermolinsky, Naymick y, sobre todo, Francis Sánchez), al tiempo que anuncia que el equipo puede dar una medida más aproximada de lo que puede ofertar esta temporada, en la que el objetivo es estar entre los ocho primeros de la clasificación.

La Palma (con el viejo conocido Luis Gruber en su plantilla) llega como un termómetro interesante para percibir qué puede ser de este renovado Cáceres. "Hemos notado mucho entrenar estos días todos juntos", advierte Sanguino a modo de mensaje para encender la bombilla apropiada a la noche del Multiusos. "No hay que desesperarse por haber perdido un partido", insiste para olvidar el tropiezo ante el Plasencia.

UN CACERES MEJOR "Lo que hay que hacer es seguir trabajando para entrar lo mejor posible en la liga. Ahora nos enfrentamos a un equipo de nuestra categoría y creo que se va a ver a un Cáceres mucho mejor que hasta ahora, mucho más rodado", enfatiza el pívot.

Todo está encaminado para llegar bien al debut contra el Tenerife, "que es lo verdaderamente importante", insisten en el club. Pero para ello hay que preparar mejor el terreno, también aseguran. Y para ello, ahora que se está en plena campaña de captación de socios, hay que dar otro tono. El que se espera para esta noche.