Capítulo IV del ‘nuevo Cáceres’. Será esta noche (21.00 horas) en la cancha del IGC Força Lleida. Con una victoria inicial y dos derrotas posteriores, el efecto que supuso la llegada de Roberto Blanco está resquebrajándose, chocando de nuevo con la evidencia que lleva persiguiendo al equipo durante toda la temporada: con esta plantilla va a resultar muy complicada la permanencia, se siente quien se siente en el banquillo.

El club, según ha podido saber este diario, ha acelerado estos días la operación de la llegada de un nuevo jugador, un pívot que resuelva las dificultades en diversos campos que se están arrastrando de forma perenne. Se busca a alguien atlético, experimentado, rápido, fuerte y que, claro, entre en precio. Alguien que marque diferencias y casi ejerza de salvador.

Las conversaciones van y vienen con varios candidatos, pero, salvo sorpresa, el fichaje estará en Cáceres la próxima semana o la siguiente a más tardar. Hay un parón por la disputa de la Copa de la Princesa que permitirá un poco de margen en las negociaciones, que se están llevando en dos sentidos: aparte de la contratación del refuerzo, para facilitarla hay que culminar la salida de uno los interiores que todavía están, cuya identidad nadie se atreve a confirmar.

Probablemente ese jugador estará hoy sobre la pista en la búsqueda de la séptima victoria de la temporada. Se le necesita, sobre todo teniendo en cuenta la ausencia de Angelo Chol, otro de los pívots y que no ha podido recuperarse de la rotura fibrilar que se produjo antes del choque ante el Tau Castelló. Ni siquiera viajó ayer con el resto de sus compañeros. Sí lo hizo Roberto Cubero, del Torta del Casar.

MISIÓN NO IMPOSIBLE / Blanco trata de ponerle buena cara a una situación que, pese a mantenerse fuera de la zona de descenso, es indiscutiblemente tensa. Según dijo el miércoles, detecta que ante el Castelló se hicieron «menos cosas buenas» que en sus dos primeros partidos tras sustituir a Ñete Bohigas, ante Barcelona B y Lieberbank Oviedo.

No es un síntoma positivo cuando se necesita ganar a través de un estilo diferente, pero enfrente esta noche tampoco estará uno de los ‘grandes’ de la competición. El Lleida empezó muy bien, victoria en el Multiusos incluida (58-69), pero ya ha caído a la zona media a la que en teoría estaba destinado. «Es un equipo muy ordenado, pero con capacidad para correr y también para buscar situaciones rápidas», analizó el técnico del Cáceres.

Su deseo quedó claro: sumar fuera para quitarse la presión que se respira por ganar en casa. De hecho, habló de que el vestuario había quedado especialmente abatido el domingo, tras el tropiezo ante el Castelló. «Da la impresión de que perdimos algo más que un partido», se lamentó, aunque a continuación añadió que sus chicos «se están comiendo ya cada balón».