El jugador extremeño de la NBA, José Manuel Calderón, ha mostrado hoy su preocupación por la posibilidad de que el virus zika se extendiera durante el desarrollo de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro (Brasil).
Es "esencial" que se tomen las medidas necesarias puesto que se puede "extender el problema a nivel mundial", ha advertido en una rueda de prensa de Unicef, entidad de la que es embajador.
Calderón ha manifestado que de no haber sido por las declaraciones de su compañero de selección Pau Gasol, en las que ponía en duda su presencia en Río 2016, "muchos se habían olvidado del zika", un problema que hay que "atajar", ha recalcado, a pesar de lo "lejano que nos queda".
En este sentido, el deportista extremeño ha recordado que los Juegos Olímpicos se van a desarrollar en el invierno brasileño, con lo que el número de mosquitos disminuye, pero ha insistido en que "hay que tomar las medidas oportunas".
El jugador de los Knicks de Nueva York ha mostrado su satisfacción por las declaraciones de Pau Gasol
"Dieron la voz de alarma para que todo el mundo se ponga a trabajar y sepamos a lo que nos enfrentamos y qué consecuencias tiene y a partir de ahí, decidir", ha declarado.
Se trata de una situación ante la que hay que "tener miedo", puesto que en algunas ocasiones se olvidan sus consecuencias.
Calderón ha apostado por "dar tiempo" a la organización y al Comité Olímpico Español, que insiste en la seguridad de los jugadores, para conocer la situación real en la que se encuentra la expansión del virus.
Es un evento "muy grande que no se puede tomar a la ligera", ha concluido.
Más tiempo en la NBA
Por otro lado, el jugador de baloncesto, que tiene contrato con los Knicks de Nueva York, espera continuar "algún año más" en la NBA.
El extremeño no tiene claro regresar a España puesto que opina que le "quedan cosas por hacer" en EEUU.
Sobre la liga española, ha subrayado que el partido de anoche, en el que el Barcelona se impuso al Real Madrid sobre la bocina (100-99), fue un encuentro "perfecto" para empezar la final.
A su juicio, fue un choque "muy competido", "bonito" y que se jugó "de tú a tú, sin guardarse nada y manteniendo la emoción hasta el último segundo".
