Pau Gasol implicado en frustrados traspasos, su hermano Marc renovando en plan millonario en Memphis, Ricky Rubio debutando en Minnesota, Rudy Fernández pendiente de lo que decidan en Dallas sobre él para regresar al Real Madrid... El único español de la NBA del que no se está hablando apenas en esta pretemporada es de José Manuel Calderón. El extremeño afronta una nueva campaña muy dura en los jóvenes Toronto Raptors, que parecen seguir confiando en él para el puesto de base titular y, al contrario que en el verano del 2010, no lo han colocado en el mercado.

Quizás eso no sería malo. Calderón está contento en la ciudad canadiense... excepto en el aspecto deportivo. Las dos últimas temporadas los Raptors se han quedado lejos de entrar en los 'playoffs'. Y eso para un adicto a la victoria como el villanovense es nocivo. Pero todavía le quedan dos años de contrato por los que percibirá en total 16 millones de euros y nunca va a exigir una salida. A nivel personal está muy adaptado al lugar después de seis años ya.

De todos modos, en la NBA nunca se sabe cuando puedes ser empaquetado a otro equipo. Que se lo digan a Gasol, que durante unas horas pasó de los Lakers a Houston y luego de vuelta a Los Angeles porque no se aprobó la operación.

Al club de Calderón se le presenta un nuevo año sombrío. Por cuestiones culturales e incluso fiscales, Toronto no es una plaza que atraiga a los jugadores de prestigio que estén libres. Por ahora, los Raps apenas han conseguido fichar a veteranos en franca decadencia de sus carreras, como Jamaal Maglorie --que será, curiosamente, el primer canadiense de la historia del club--, Anthony Carter o Rashual Butler. También han incorporado a un center puro y secundario como Aaron Gray, mientras que la llegada del francés Mickael Pietrus se frustró por cuestiones médicas.

Con un teórico quinteto inicial que puede ser idéntico al de la pasada campaña (José Mauel Calderón-DeMar Derozan-James Johnson-Amir Johnson-Andrea Bargnani) resulta difícil pensar que en el Air Canada Centre vayan a salir de las últimas posiciones de su conferencia Este. El objetivo es reconstruir, dejar que los jóvenes se desarrollen. El mismo discurso que cuando hace un año salió el gran faro de la franquicia, Chris Bosh, con rumbo a Miami Heat.

En principio, la cara nueva más llamativa se encuentra en el banquillo. Dwane Casey, con solo un par de años de experiencia como primer entrenador, sustituye a Jay Triano.

El futuro

Calderón se lo toma con filosofía mientras inicia los entrenamientos de una competición que arrancará el día de Navidad. "Me siento como todos los años. Voy a darlo todo por este equipo en la cancha y ayudar a mis compañeros. Siempre estaré ahí para ellos. Ese va a ser mi papel", ha dicho a Toronto Star, proclamando que no ha perdido un ápice de pasión por el baloncesto. "Tengo aún varios años por delante y me siento cómodo en la pista. La época de las lesiones ya quedó atrás", añade.

Al fondo del escenario están Londres y los Juegos Olímpicos, los terceros que, presumiblemente, disputará el baloncestista extremeño, fijo en las convocatorias de Sergio Scariolo. Llegar bien a esa cita será una prioridad. No será porque no vaya a estar descansado: presumiblemente, el 28 de abril los Raptors habrán dado por finalizada su temporada sin haber entrado entre los ocho mejores del Este.