Es un tipo discreto y educado al que, sin conocerle en profundidad, auguro que va a caer bien. De momento dice que no va a hablar públicamente porque aún hay algunos flecos por arreglar, aunque ya esté todo decidido. Carlos Ordóñez, empresario del transporte, se hará cargo del Cacereño en breve plazo, aunque ya haya colaborado con el club durante los últimos meses y, de alguna manera, ya esté ejerciendo.

En el año del centenario, la irrupción de Carlos Ordóñez suena a bocanada de aire fresco para el decano del fútbol extremeño. Ya nadie podrá decir que en Cáceres no haya nadie local que tire del carro, que siempre son los de fuera los que estén ahí y bla bla bla.

El protagonista, un self made man dueño de una flota de camiones considerable, es muy ‘catovi’. Y le ha puesto ilusión al proyecto. El tiempo le juzgará, pero a mí me parece una noticia espectacular. Ahora toca refrendarlo. En cierto modo, su éxito dependerá de dos cosas: que la pelota entre y que se vea apoyado por las instituciones y el público.

De otro lado, no puedo reprimirme porque llevo unos días indignado. A la furiosa respuesta de aficionados contra un colega, tengo que comentar los malos modos del entrenador del Badajoz, Mehdi Nafti, con mi compañero en Badajoz Deportes, Fernando Gastón, después de una semana marcada por la polémica. De auténtica vergüenza que se trate así a un profesional solamente por emitir una opinión (bastante ligth, por cierto) sobre la ausencia de la lista de un futbolista que después jugó. ¿Los periodistas al servicio de los clubs? No, oiga, no. Seamos serios. Seamos respetuosos con los profesionales, se llamen como se llamen; ganen, pierdan o empaten. Ya está bien, hombre.

Qué decepción con Nafti, gran técnico y un tipo que transmite muy bien. Espero que rectifique. Le honraría.