Fabio Capello, técnico del Real Madrid, demostró ayer que su relación con Antonio Cassano no es fluida y lo escenificó con un gesto de indiferencia hacia su futbolista cuando el delantero italiano solicitó trabajo extra al final del entrenamiento. Cassano, mientras, espera resolver su futuro en el Real Madrid con un posible regreso a Italia.

Era el primer entrenamiento del año y Capello demostró que aún no ha perdonado el desplante que tuvo Antonio Cassano con él en los vestuarios del estadio del Nastic de Tarragona. Su relación nunca ha vuelto a ser la misma, pese a que el delantero recibió el perdón del club y de su entrenador.

Se pudo comprobar ayer. Capello había diseñado un entrenamiento de una hora, como primer trabajo del año antes de subir el ritmo en unas horas, cuando se ejerciten desde las 11.00 horas de mañana.

Cuando el trabajo se había dado por finalizado, varios jugadores disparaban a la portería defendida por Diego López, cuando Capello ordenó que tomasen el camino del vestuario.

Cassano siguió disparando y Capello insistió, pero el delantero italiano solicitó a Italo Galbiati, segundo técnico, realizar un trabajo extra para mejorar su forma y tras consultar a Capello, que ya iba hacia el vestuario, el técnico italiano dedicó un gesto de indiferencia a su jugador, permitiéndole hacer lo que quiera pero quitándole la presencia del portero.

De esta forma, Cassano se quedó cinco minutos en solitario ensayando movimientos al recibir el balón y chutando a una portería vacía, sin la presencia de ningún portero.

Por otro lado, Fabio Cannavaro reconoció que "es difícil" que el año 2007 "sea tan bueno como 2006", tras ganar la Liga con el Juventus, el Mundial con Italia y los premios de Balón de Oro y jugador FIFA del año, aunque espera añadir a su palmarés un título vestido de blanco.

Cannavaro le pidió al 2007 conquistar un título con el Real Madrid. Al central italiano le es indiferente cuál, pero su deseo es ganar Liga, Liga de Campeones o Copa del Rey en España.