CALAMONTE: Dani Prada; Mario, Diego (Peñato, min. 69), Pity, Alex, Juanfe (Ñoño, min. 56), Bernabé, Enrique (Mecherito, min. 76), Carrasco, Ecija, Vilorta.

CORIA: Juanfra; Dani Herrero (Teto, min. 81), Héctor, Mahíllo, Polo, Dani Aparicio, Expósito, Alvaro (Vecino, min. 55), Chema, Sergio Alonso y Chico (Antonio, min. 70).

GOLES: 0-1: min. 4, Sergio Alonso. 1-1: min. 65, Pity (pti.). 2-1: min. 74, Carrasco. 2-2: min. 85, Ale (p.p.). 2-3: min. 87, Antonio.

ARBITRO: González Umbert. Tarjetas amarillas a Expósito, Aparicio y Polo.

El 'rey de las remontadas' sufrió ayer en sus carnes la misma medicina que ha ido catalogándole durante toda la temporada. El Calamonte cedió ante el Coria (2-3) la segunda derrota del curso en su feudo tras unos minutos finales de auténtico infarto.

Asomó el Coria con el honor por las nubes y un hambre de balón que pronto redundó en un exquisito manjar en forma de gol. Apenas acomodado el respetable, Chema se marcaba cara a su hemeroteca particular una chilena bien pateada por Juanfra. Y casi sin respiro, Alex perdía la verticalidad en la hierba y el regalo lo aprovechaba Alonso en el 0-1.

Bernabé tuvo en sus pies una ocasión de las que no se pueden perdonar y Vilorta no estuvo fino en un saque de falta desde la frontal alejada por poco del arco rival (min. 25). El Coria se mantenía firme y sin escisiones en su muralla defensiva y dejó con un palmo de narices a Bernabé y Enrique en sus cabalgadas.

El Calamonte saltó del intervalo con la mente despejada buscando una nueva remontada. Quedaba todo un mundo por jugar y lo que no se cocinó en jugada trenzada tuvo que ser a cuero estático. Pity igualaba fuerzas desde los 11 metros y nueve minutos después Carrasco peinaba el 2-1. Todo estaba preparado para una nueva fiesta local. Pero ojo, porque el Coria aún no había pronunciado sus últimas palabras. Tiene arriba bombas de relojería y en cualquier instante puede hacer estragos. Una desgraciada cesión de Alex sobre Prada se colaba en su agujero para hacer las tablas. Después, Antonio, con una cabalgada, se encargó de romperlas.