«Estoy bastante cabreada». Así resumió Queralt Castellet su cuarta participación olímpica, de la que se despidió con un séptimo puesto en una final de halfpipe decepcionante para ella. Castellet, como el resto de 11 finalistas, tenía tres rondas para convencer a los jueces, pero la catalana pecó de prudente y no sacó sus mejores trucos hasta la última bajada. Ahí intentó planchar el backside 9, su mejor salto, pero llegó con demasiada velocidad y no lo aterrizó bien. Una caída en los entrenamientos previos en este mismo salto hizo que perdiera confianza y demorara demasiado su puesta en acción en la final.

La snowboarder española se quedó con los 67.75 puntos de su segunda ronda (la primera, muy conservadora, fue valorada en 59.75) y no pasó del séptimo puesto (diploma olímpico) en una final en la que, de haber repetido los 91.50 que le dieron la victoria hace un mes en la Copa del Mundo de Snowmass (Colorado), se habría hecho con la plata.