Cuando un presentador de televisión se despide, ya sea por que termina el programa o su participación en el mismo, suele hacerlo dándole las gracias a mucha gente y entre ellos a los que están detrás de las cámaras. Sabe que sin esas personas que le graban, maquillan, producen... él no estaría sentado delante de los focos.

En el baloncesto pasa lo mismo. Los jugadores, entrenadores y algunas veces los directivos son los presentadores, sobre los que recaen los titulares, los focos y la atención del público. Pero la gente que trabaja en la sombra es muy importante para que éstos puedan realizar su profesión. Gente que se emplea duro para que los profesionales de la canasta puedan realizar su labor en las mejores condiciones. Se alegran en la victoria y sufren en la derrota como los demás, y suelen acabar echando más horas que los propios jugadores. Estoy hablando de los segundos entrenadores, preparadores físicos, delegados, fisioterapeutas, médico y gente del club. Ellos son los que están detrás de la cámara en el mundo del baloncesto.

En nuestro equipo, estos profesionales son: Mario Segalás (con qué pasión vive este deporte, y cuántas horas echa al día para hacernos el trabajo mas fácil a los jugadores), Mario Díaz (compaginando el trabajo de preparador físico con el de delegado, hacía de "chico para todo" y cuidaba nuestro cuerpo al mismo tiempo), "Perry" Moreno (que además de fisio muchas veces hace de psicólogo, la alegría en muchos días nublados), Marcos Maynar (siempre tiene una palabra de ánimo cuando tú estas deprimido por una lesión), Jordi León ("el conseguidor", para cualquier cosa que necesites) y la gente que trabaja en el club. Es justo reconocer su trabajo y su valía, ya que sin su labor todo sería mucho más complicado.

Yo me despido, cual presentador que finaliza su programa, dándole las gracias a todos los que han estado detrás de las cámaras durante mi carrera deportiva.