VIDROGAL ALUMISAN (17+13+17+11): Masip (10), Duro (6), Ferrari (5), Williams (23) y Román (4) -equipo inicial- Suárez (-), Albor (8) y Helliwell (2).

DON FRIO CACERES 2016 (14+25+14+10): Toñi Hernández (21), Alejandra Manzano (4), Eva Lozano (13), Joneby (2) y Ramírez (19) -equipo inicial- Jara Salgado (-), Marie Vicente (2) y Paola Prieto (2).

ARBITROS: Guillán y Rial (Colegio de Galicia). Sin eliminados por ninguno de los dos equipos en liza.

INCIDENCIAS: Encuentro correspondiente a la vigésimo quinta jornada del Grupo A de la Liga Femenina 2.

El Don Frío Cáceres sigue con la línea positiva en la Liga Femenina 2 tras imponerse por 58-63 en su visita al Vidrogal Alumisan, que pese a la derrota llegará a la última jornada con opciones de colarse en la fase de ascenso a la máxima categoría del baloncesto femenino español.

Una última jornada que el conjunto cacereño podrá afrontar sin ningún tipo de presión tras sumar en Santiago su duodécima victoria. Sin embargo, la irregularidad que mostraron durante todo el encuentro la columna vertebral del Don Frío, compuesta por la base Toñi Hernández, la alero Eva Lozano y la pívot Nereida Ramírez, obligó a sufrir más de lo previsto a las extremeñas para apuntarse un triunfo que parecía muy bien encarrilado al descanso (30-39).

RENTA INICIAL Sustentadas en la superioridad bajo aros de Rodríguez, el equipo de Jorge Méndez arrancó con pequeñas ventajas de hasta cinco puntos, que se vinieron abajo en unos nefastos dos minutos finales del primer cuarto, en las que las cacereñas encajaron un parcial de 8-0 que dejó el marcador en 17-14.

Un parcial que las visitantes devolvieron al cuadro compostelano en los primeros compases del segundo cuarto (17-22) en los que Ramírez encontró el apoyo de Hernández y, sobre todo, Lozano. Cuando todo parecía a favor del Don Frío, la intermitente actuación de las tres estrellas cacereñas, condenó al equipo extremeño a ver cómo el Vidrogal, liderado por la americana Tere Williams, reducía las distancias hasta los seis puntos (47-53) para terminar el tercer cuarto.

Un renta que siguió menguando hasta llegar a un pírrico 54-55. Pero fue un espejismo para las locales.