Puede que Marc Márquez (Honda), líder de MotoGP, que ayer se conformó con el tercer puesto detrás de las Ducati de Andrea Dovizioso y Jorge Lorenzo en el GP de la República Checa («gran maniobra, el segundo del Mundial quedó detrás y he aumentado mi ventaja en 49 puntos»), lo haya aprendido todo de Valentino Rossi, durante sus primeros 100 grandes en la categoría ‘reina’. Bueno, todo no. Márquez no ha aprendido a utilizar a la prensa para influir en sus rivales. En eso, el ‘Doctor’ también era un gurú. Ahora, con 39 años y menos moto, ya no le sirve de mucho.

Por eso había que creerse a Márquez cuando dijo que las Ducati y, muy especialmente, ‘Dovi’ tenía «algo más». Es ‘el tapado’, comentó entre risas. Y, acostumbrados a la picaresca de Rossi, pocos le creyeron. No solo ‘Dovi’, que llevaba ocho grandes premios sin ganar, tenía algo más. También el monstruo Lorenzo, ganador en Mugello y Barcelona, utilizó la mejor frenada y aceleración de la ‘’bala roja’ italiana para colarse en la pelea.

Fue una carrera con mucho ruido y un puñado de nueces en las últimas vueltas, cuando las dos Ducati y Márquez, siempre Márquez, no hay otra Honda, ni Yamaha, ni Suzuki, ni Aprilia, que les presente batalla, se disputaron el podio. Mandó siempre Dovizioso. «Ir delante te permite marcar el ritmo, conservar las ruedas, pero no sabes que hacen, donde están, que piensan los que van detrás», dijo ‘Dovi’, que reconoció su sorpresa «por tener que defenderme de Jorge en los cambios de dirección y no en las frenadas».

El caso es que Lorenzo ayer cambió de táctica: nada de salir como un toro, paciencia, aguante y me guardo lo mejor para el final. Y, cuando llegó el final, tuvo que pelearse con Marc, que le entretuvo, chocó y se enfrentó a él lo suficiente como para retrasarle, casi anular, evitar, aplazar, el ataque definitivo a ‘Dovi’. “Me ha faltado una vuelta. Cierto, Marc ha hecho lo que tenía que hacer, resistirse a mi adelantamiento, pero esas dos décimas, de habérmelas ahorrado, igual me hubiesen servido para pasar a Andrea en la última vuelta”.

Márquez había escrito antes que nadie el guión de este GP, que entusiasmó a 84.678 fans, el 80% ‘rossistas’. «¿Que cuando me di cuenta de que no podía ganar? ¿que cuando supe que el tercer puesto era oro, platino, brillantes? En la curva 10 de la penúltima vuelta. Frené tan bestia, ¡que ya es frenar!, como Jorge y se me cerró de delante. Ahí pensé, ‘déjalo, no es tú día, haz tercero y 16 puntos al bolsillo’. Y eso hice», explicó Márquez, que, aún así, entró a tres décimas del ganador «¡la bomba! en un circuito que no es de mi agrado ni adecuado para nuestra Honda».

Y es que celebrar 100 grandes premios en la élite, ganar cuatro títulos en cinco años, casi el 50% de esas carreras (40) y subirte al podio en 71 ocasiones, te dan, si eres pícaro, cauto y estudioso, suficiente experiencia como para saber que «cuando eres tú quien tiene un poco más (Assen o Alemania), la estrategia de arriesgar, te sale; cuando tienes un poco menos, la estrategia, el ataque, jugártela, suele salir mal».

Es el nuevo Márquez, líder del único Mundial que parece decidido. En los otros, Marco Bezzecchi solo tiene tres puntos más que Jorge Martin en Moto3 y Miguel Oliveira suma únicamente dos más que Francesco Bagnaia, en Moto2. En MotoGP, se pelean por saber quién será segundo. Han visto que el ‘nen de Cervera’ se ha hecho mayor y, 100 carreras después, ha aprendido de sus errores.