Un cabezazo académico de Pity cuando los corazones y gargantas de la parroquia local más alterados estaban, enfrió los ánimos visitantes y selló unas tablas (3-3) para los de Juampe Sánchez en vísperas del duelo con el ogro de la tabla, el Cacereño.

Saltó la tropa fuentecanteña desbocada, hambrienta. Un monólogo y defensa diez metros adelantada. Recuperaciones inmediatas del objeto redondo y en la primera de ellas, Jesús Toy dijo «aquí estoy», sacaba los colores al bisoño Manu Rubiales y su servicio al área chica lo pateaba Pity a córner (m.1). Avisó Enrique poco después y Toy volvió a empuñar el arma, pero su disparo iba alto. Y ahora sí, los de Sánchez compraron la posesión del cuero y echaron sus boletos. Carrasco, Pity… y sendos remates de un imperial Enrique (el mejor ayer sin duda) pusieron de los nervios a Burgui. Todo tenía color blanco ante un Fuente -que nadie se lleve a equívocos- que capeaba estoicamente el temporal local aguardando al acecho a cercar a su presa. Un fallo garrafal de Carrasco en boca de gol (m.36) dio paso a los visitantes a merodear el cercado de Abdón. Tejero probó sin éxito desde lejos y a tres del intervalo, una maraña defensiva era cazada por Toy para firmar el 0-1. Poco duró el caramelo en la boca al Fuente de Cantos porque llegó un tsunami llamado Enrique para ahogar la euforia ajena y dejar todo pendiente del canto de una moneda.

Del vestuario saltó un Calamonte voraz en cuanto al remate, pero sin rédito. El Fuente tenía la situación controlada, pero seguía sin rematar a palos. El Calamonte tenía la bola, posesiones de 10-15 toques… hasta que un pase cruzado de Bernabé lo fusilaba sin piedad Ñoño (m.70). Y lo que son las cosas, un desgraciado despeje de Abdón rebotaba en la parte trasera de Juanlu y el 2-2. Los nervios a flor de piel, la tensión se acentuaba en el campo, en la grada y el mismo protagonista doblaba guarismos ayudándose de las manos para adelantar al Fuente tras un excelso pase de Mendo. La reacción blanca fue fulgurante. Sacar de centro, irse con todos los sables afiladísimos a degollar a los de Pana y dicho y hecho. Pity se izaba metro y medio en vertical y peinaba el 3-3 justo y definitivo para dejar un buen paladar en las bocas y entrañas calamonteñas en vísperas de la visita del ogro Cacereño. H