Real Madrid: Casillas; Salgado, Pavón (Pablo García min.72), Helguera, Roberto Carlos; Sergio Ramos, Guti; Beckham, Robinho (Zidane min.60), Baptista (Soldado min.76); Ronaldo.

Osasuna: Ricardo; Cuéllar, Corrales, Josetxo, Javier Flaño; Raúl García, Puñal, Valdo (Sosa min.19), Moha (Delporte min.60); Milosevic, Webó (Muñoz min.76).

Goles: 0-1 min.76 Milosevic. 1-1 min.84 Soldado.

Arbitro: Pérez Burrull (c.cántabro). Amonestó a los locales Roberto Carlos, Guti, Robinho, Michel Salgado, Sergio Ramos y Zidane y los visitantes Josetxo, Moha, Cuéllar y Sosa. Expulsó con roja directa a Puñal por dar un codazo a Roberto Carlos en el minuto 17.

Incidencias: Partido correspondiente a la decimosexta jornada de Liga disputado en el Santiago Bernabéu ante 70.000 espectadores.

Un gol de Roberto Soldado a cinco minutos del final le dio el empate al Real Madrid (1-1) contra un Osasuna que, jugando casi todo el partido con un jugador menos, planteó un partido basado en la fuerza física en busca del empate, lo que deja al Barcelona aún más líder.

La primera mitad fue una de las que menos fútbol ofreció en la presente temporada en el Santiago Bernabéu. Y no por la calidad de los dos equipos, sino por la cantidad ingente de interrupciones que hubo. Seis tarjetas amarillas, una expulsión, veintiuna faltas, dos lesiones y diecinueve minutos de tiempo real. Demasiado para el espectáculo.

El Osasuna supo perfectamente a qué venía al Bernabéu. Javier Aguirre, viejo zorro, tejió una tela de araña en el centro del campo de la que era prácticamente imposible salir, por lo menos con la pelota en los pies. Robinho, Guti y Baptista dieron fe de ello, y el Real Madrid sólo disparó a puerta una vez entre los tres palos.

Fue una primera mitad fea. Sin ritmo. La expulsión de Puñal por un claro codazo a Roberto Carlos a los diecisiete minutos fue el detonante de otros treinta de juego anodino e interrumpido. Entre medias, una galopada de Ronaldo, un disparo de Baptista y otro de Webó.

Y lo que es peor, la segunda mitad fue un calco de la primera. Una lucha cuerpo a cuerpo entre un equipo, el Real Madrid, que se puso el mono de trabajo y otro, el Osasuna, que nunca se lo ha quitado. Así ha conseguido llegar a este encuentro desde lo más alto de la clasificación con un tremendo mérito.

MILOSEVIC Y entre los rojillos, un nombre propio: Savo Milosevic. Hizo un partido de estrella. El solo tuvo en jaque a media defensa del equipo madridista. Controló el balón, empujó a su equipo al ataque y monopolizó las jugadas ofensivas de su equipo, que siempre le buscó cuando las cosas se ponían feas.

Y ahí llegó el que era el golpe de efecto a la Liga. Con uno menos desde la primera mitad, un error de Iván Helguera le dejó el balón en bandeja al futbolista balcánico, que no desaprovechó su primer disparo para anotar el 0-1 y dejar el Bernabéu helado.

Pero con el equipo hundido apareció la luz para guiar a los suyos. Y ese fue Zidane. El francés, que con su presencia hace mejores a sus compañeros, se inventó un control-asistencia con la pierna izquierda a Soldado que el canterano no desaprovechó. Porque no se es el máximo goleador de Segunda División por arte de magia y porque en cuanto le han dado oportunidades en el primer equipo ha cumplido con goles.

Los últimos cinco minutos fueron en una dirección, con el Real Madrid herido en busca de una victoria basada en la garra y poco más. Helguera tuvo el empate pero Ricardo respondió bien en la prolongación. Al final, el Real Madrid, pese al empate, no se llevó la bronca de la afición que aplaudió su entrega.