Extremadura B: Sergio; Gori, Luis, Christian, Soria; Toboso (Kiko, M. 60), Juanjo Pereira; Luis Valladar, Samir, Angelito (Víctor, M. 82) y Pichi.

Plasencia: Romero; Juanfran, Haro, Manu, Jandri; Javi Bravo, Carlos; Rai (César, M. 81), Escalante (Fran, M. 68), Manolo (Eli, M. 92) y Hugo.

Arbitro: Pérez Bejarano (0). Lamentable. Alguien que se tiene por juez no puede protagonizar la dejación que él hizo ayer. Sin personalidad, se dejó influir por los jugadores de la UPP y consintió hasta tres agresiones que quedaron impunes, al tiempo que se ensañaba con las tarjetas a los locales (0). Las vieron Pereira (60´), Toboso (61´), Gori (72´), Manu (78) y Kiko (79´).

Incidencias: Undécima jornada en Tercera. Presencia de unas 250 personas.

Incapaz de ganar en cancha propia una semana más, el Extremadura B empató a nada (0-0) ante un expeditivo, correoso y duro Plasencia. El filial almendralejense, que pareció salir muy motivado en busca de un triunfo ante un rival de campanillas, se encontró con un bloque plancentino, mermado por las ausencias y muy por debajo del nivel de otras campañas, dispuesto a parar a los azulgranas a cualquier precio. Su defensa se empleó a fondo hasta descomponer a los de Juan Pedro, que acabaron siendo un conjunto timorato y acomplejado. Es cierto que mucha culpa de ello la tuvo la incomprensible inhibición de un árbitro que dio la impresión de carecer del mínimo recomendable de personalidad para salir a un campo. O no quiso, o no supo, o no pudo, ver varias agresiones sin balón, una, clamorosa, de Carlos a Angelito (m. 50), que acabaron por marcar el duelo.

Pero no fue el único responsable. El filial azulgrana, que empezó poniendo cerco a la portería de un entonado Romero, acabó diluyéndose en su falta de personalidad y llegando cada vez con menos claridad.

DEFENSA DE AYUDAS Otro de los argumentos en contra de los locales, y a favor de los intereses visitantes, fue la defensa de ayudas que planificó Jose Mari Calvo y que llevó a su equipo a tener siempre superioridad cuando se complicaban las cosas. La precipitación y la falta de precisión azulgranas, junto a la escasa aportación ofensiva de una UPP que no tiró a puerta, hicieron el resto. El duelo, como no podía ser de otra forma, desembocó en un previsible 0-0 que no se pudo evitar. Aunque alguno quizás lo buscó de forma decidida.