La temporada está aplazada pero todavía no está cancelada. Así que a los clubs extremeños de fútbol no les queda otra opción que seguir intentando que sus jugadores mantengan en forma su cuerpo y su cabeza. En el caso del Don Benito, su preparador físico y entrenador, Juancho Pozo, supervisa con la mayor profesionalidad posible el estado de sus futbolistas utilizando todo lo que las nuevas tecnologías permiten, que cada vez es más.

Por eso, aún estando encerrados en casa se puede entrenar en equipo. Cada tarde, a las seis, Juancho Pozo supervisa a todos los jugadores a través de video llamada y continúa con un seguimiento de su estado físico a pesar de los kilómetros de distancia que tiene con algunos: «Nuestro reto está en que a nivel condicional no bajen su rendimiento, pero es difícil porque su proceso de entrenamiento no es el mismo, ya que los esfuerzos específicos están lejos de lo que es su modelo de esfuerzo normal».

La metodología

Una vez que se confirmó que ya no se podía entrenar sobre el césped, Pozo implantó un sistema de entrenamiento para seguir a sus futbolistas a la espera de volver. Lo primero que hicieron fue hacer que los jugadores se descargaran una aplicación y ahí Juancho enviaba los entrenos a través de imágenes con las instrucciones precisas para su ejecución. El futbolista respondía con un video. Así se pasaron los primeros días. Ahora se siguen mandando los entrenos, pero es el propio Juancho Pozo quien lo supervisa a través de video a todos a la vez gracias a una de las múltiples aplicaciones que hay para video llamadas simultáneas y que ahora, por razones obvias, todos dominan ya. Al principio se pusieron dos horarios pero al final la sesión es cada día a las 18.00 horas.

Además, el preparador físico del Don Benito ha abierto un canal privado en Youtube en donde él mismo graba algunos ejercicios y entrenamientos para mandárselos a la primera plantilla.

El trabajo de los futbolistas, coordinado por todo el cuerpo técnico, también incluye unas encuestas para ver la escala subjetiva del esfuerzo y ver cómo están a nivel de sueño, estrés y fatiga muscular. Los entrenadores también se reúnen virtualmente y se habla con el psicólogo por si alguno de los jugadores está más bajo de moral: «Hay gente que lo lleva mejor y a otros les cuesta adaptarse».

Juancho Pozo cree que precisamente este puede ser un factor que influya en el rendimiento del deportista una vez que vuelva a la normalidad: «Lo que más incertidumbre nos crea es la carga psicológica que esto va a suponer a los jugadores. Eso va a tener al final una influencia fisiológica por el hecho de no estar entrenando y estar lejos de su modelo específico de trabajo. Va a ser un reto difícil».

Sin fecha de vuelta

A pesar de todo este esfuerzo, el preparador físico del Don Benito admite que no tiene mucho que ver con el trabajo que se hace sobre un terreno de juego por espacio y situación. Espera que cuando se vuelva no se haya tocado mucho su nivel condicional: «La carga que tienen es totalmente descontextualizada porque no están haciendo fútbol por mucho que trabajemos fuerza y tratemos de adaptar los contenidos, es complicado», afirma Pozo quien subraya que todo se complica más al no tener una fecha certera de vuelta al trabajo: «Si tuviésemos una fecha todavía podríamos planificar con plazo y tener los objetivos más claros».

Una minipretemporada

Otra de las cuestiones es saber cuánto tiempo habrá que esperar entre que se pueda entrenar en el campo y se pueda competir. En su opinión dependerá de lo que dure el parón, cuanto más tiempo se esté parado más se tardará en volver a un buen estado de forma, pero cree que se necesitarían dos o tres semanas como mínimo: «No habrá que hacer una pretemporada completa pero dependerá del tiempo que dure el parón. No están entrenando fútbol. Muscularmente, aunque trabajen, están lejos de lo que hacen habitualmente y de la competición».

Toca esperar y hacer cábalas de cuándo y cómo se volverá a competir pero mientras todo pasa los deportistas siguen trabajando para que cuando el sonido de ambulancias sea sustituido por el de las trompetas y bocinas de los estadios ellos vuelvan a convertirse en ídolos y héroes de botas con barro. Listos para cuando lo que es más insignificante vuelva a ser importante.

En constante formación

Profesor en el Colegio Sagrado Corazón, además de continuar con la formación de sus alumnos él también aprovecha para ampliar conocimientos en cursos. Ahora se está formando en preparación física en la élite y participa en un congreso de preparación física aplicada al fútbol: «No me aburro, al revés, me faltan horas».