Hubo una época de conversaciones insulsas en la cafetería de la calle de Ferraz de Madrid, frente al edificio que alberga la sede de la mayoría de las federaciones deportivas españolas. Eran desayunos sin demasiado contenido, los buenos días y poca cosa más. Ahora, en cambio, solo se habla de recortes y del susto que muchos llevan en el cuerpo, ya que hasta finales de esta misma semana, por lo menos, no sabrán con cuánto dinero podrán contar. Pero en esas conversaciones, con la taza del cafelito, todos saben ya que nada será como antes. "Desgraciadamente, volveremos a la época de Paquito Fernández Ochoa, cuando surgía una estrella casi por inspiración", lamenta Raúl Maroto, de la Federación Española de Esgrima. Las federaciones españolas, con pocas excepciones, ya tienen preparado borradores de recortes. El tijeretazo más drástico lo sufrirán los viajes internacionales. Adiós a la mayoría de las competiciones, sobre todo las de promoción, las de cantera, con todo lo negativo que supone con vistas a los Juegos de Río y posteriores.

Las mal llamadas rebajas han motivado que todas las federaciones se hayan visto obligadas a variar su calendario de competición. Miguel Cardenal, secretario de Estado para el Deporte y presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), explicó en otoño a todos los presidentes que la subvención pública, que representa en algunos casos hasta el 50% o más del presupuesto anual, sufrirá una disminución de entre el 30% y el 45% en comparación con la recibida en el 2012, que ya fue recortada en un 30% en relación a la del 2011, que a su vez ya se rebajó en una media del 15% respecto a la ayuda del 2010.

DRAMA ECONOMICO Todo un drama, porque ninguna federación se puede mover en los presupuestos que manejó para preparar los Juegos de Londres o los de Pekín sin entrar en el túnel del tiempo. El recorte de personal --con despidos, ERE y el hándicap que supone no poder renovar contratos mercantiles en muchos casos-- es un hecho entre las federaciones situadas en la calle de Ferraz. Las pobres, las que no disponen de fondos para comprar patrimonio, para marcharse a Las Rozas y construir campos de entrenamientos y todo lo necesario para levantar un imperio, como sucede en la Federación Española de Fútbol, que al menos, debido a sus ganancias, ha renunciado a la ayuda estatal. "¡Qué más quisiéramos nosotros que poder pasear a nuestra roja por Panamá y regresar con unos cuantos millones de euros extras en nuestra cuenta, que está vacía!", comenta con ironía José Antonio Gil, secretario de la Federación Española de Hockey.

En Ferraz, muy cerca de la sede del PSOE, habitan las federaciones pobres en capital pero ricas, la mayoría de ellas, en palmarés internacional. Son los casos de las de balonmano, boxeo, ciclismo, esgrima, gimnasia, judo, remo, rugby (la única no olímpica), tenis de mesa y triatlón. En algunas están tan asustados que dudan en descolgar el teléfono y responder sobre los temores del tijeretazo. "Nosotros no sabemos nada. Cuando recibamos la subvención, veremos con el dinero que podemos contar", responde un portavoz de la Federación Española de Boxeo, que depende en un 80% de la financiación del CSD para poder subsistir.

PRIMERAS MEDIDAS Otros, en cambio, no solo hablan, sino que explican las primeras medidas que han tomado, como prevención, como ahorro, conocedores de que el futuro que les espera es muy negro. Los viajes están afectados. Y, qué curioso y triste a la vez, quienes lo sufren no son los números uno, los curtidos, los que ya conocen el sonido de las pisadas sobre el podio. No, ellos no son. Pero sí, en cambio, los chicos que todavía no se han mojado con el sudor del adversario, los que necesitan saber qué es perder antes de ganar. "Y por si fuera poco, en mi federación, además, nos encontramos con las deudas del pasado", se queja José Luis López Cerrón, elegido en diciembre presidente de la Federación Española de Ciclismo. Pues bien, a esos chicos, ya sean ciclistas, judocas, tiradores, jugadores de hockey, patinadores, nadadores o atletas, ya les han dicho que este año tendrán que quedarse en casa y seguir las competiciones con las que soñaban a través de internet porque, encima, difícilmente las verán en televisión, por mucha oferta de canales que haya.

"¿Cómo vamos a enviar a nuestros valores a competir al extranjero si en el 2008 teníamos 2,2 millones de euros de ayuda y para el 2013 solo esperamos unos 750.000 euros?". Así, con tristeza, responden en la