Apenas ha pasado un mes desde que comenzamos todo esto y fijaos, para seguir sintiéndome jugador necesito escribir de mi equipo, recordar anécdotas de viajes, charlas en el vestuario, roces, piques en la cancha… Así es cómo, de momento, puedo llenar ese vacío que tengo ahora mismo.

Por supuesto sé que el baloncesto y el deporte son algo secundario y lo más importante es la salud. Quizás sea por eso, relativizándolo todo, por lo que estoy siendo capaz de llevarlo «tan bien», centrándome en poner las miras a largo plazo y en objetivos mayores que clasificarse para unos playoffs, jugar una final four o soñar con un ascenso, que tal y como os comenté ayer, lo hemos hablado en los viajes.Ahora nuestros objetivos son comunes a todos los españoles y al resto del mundo: salir cuanto antes y lo mejor posible de esta pandemia.

A raíz de la racha que llevábamos en liga (habíamos ganado seis de los siete últimos partidos) en el bus íbamos hablando de que clase de equipo somos, o éramos- Sinceramente ya no sé qué tiempo verbal utilizar. Nos preguntábamos que pensarían el resto de equipos cuando preparaban su semana de partido contra nosotros, de lo que pensarían durante el partido y una vez acabado.

Alguno de nosotros decía que, sobre todo al principio de temporada, los equipos prepararían los partidos pensando en que el Cáceres sería un equipo del montón, nada de lo que preocuparse realmente, pero que poco a poco a raíz de trabajar y trabajar nos hemos ido ganando el respeto de la liga, y que ahora ya planificaban los encuentros a conciencia hablando sobretodo del carácter que tenemos.

Durante el choque en sí pensarían que menudo equipo más coñazo, siempre delante del balón, tratando de negar líneas de pase, protegiéndonos los unos a los otros en caso de ser superados… Además, alguna vez nos han soltado algún comentario durante los encuentros.

Y al finalizar se iban a casa pensando: «pues sí, este Cáceres es un equipo muy duro al que no me gustaría enfrentarme de nuevo y menos en unos hipotéticos playoffs».

Así nos pasábamos unas cuantas horas en los viajes, hablando y haciendo cábalas sobre las eliminatorias… Que si yo fuera Mallorca estaría deseando no cruzarme con el Cáceres en primera ronda… Que si en la final four a partido único podemos dar una sorpresa… Ricardo comentaba que sus ascensos no han sido con las mejores plantillas (por supuesto tenían buenos jugadores), sino con los mejores equipos, y nosotros teníamos/tenemos algo, una química especial que hacía saltar chispas capaces de vencer y competir contra cualquiera.

Por ahora no hay nada claro y seguimos a expensas de lo que manden los de arriba. Es algo muy complejo porque además hay muchos intereses por medio, bien ascensos, descensos, patrocinios… y una mala decisión o una extralimitación de tus funciones puede significar que algún club afectado tome medidas en el futuro contra quien haya tomado la decisión…

Cada día lo veo más complicado… pero eso sí, #YoMeQuedoEnCasa.