No es nuevo, el Cáceres Patrimonio lo ha sufrido en muchos partidos esta temporada. Tantos que quizás explican por sí solos por qué vuelve a zona de descenso tras encajar ante el Huesca una nueva derrota. Son los momentos de desconexión, en los que un encuentro igualado que se podía competir hasta el final se va al traste. El viernes sucedió en el tercer cuarto. «Hemos vuelto a tener ese fatídico momento», se lamentó al final del duelo el técnico Roberto Blanco. «Otra vez ese momento nos ha castigado tanto como para romper el partido». Cree que eso es difícil de enseñar a los jugadores, que tienen que ser ello los que lo vean.

Dijo el jueves en la previa que quizás necesitaban la ayuda de un psicólogo deportivo para superar esos momentos y tras la derrota se reafirmó. «La ansiedad que nos genera ir por detrás en el marcador nos hace cometer errores que habitualmente no cometemos, ayudas innecesarias, tiros innecesarios... y volvemos a caer de la misma manera, lo cual es bastante preocupante», reconoció.

«No es bajar los brazos, es agachar la cabeza», se lamentó Blanco, que cree clave tener personalidad para salir de esta situación. Quedan doce partidos, «doce finales», y dice el preparador verdinegro que igual hay que tener un cambio de mentalidad: «Volvemos a estar en LEB Plata y tenemos que ascender a la LEB Oro en doce partidos, a ver si así lo entienden mejor».

En cuanto a los nuevos, Dan Trits y Bakary Konate (ambos en el quinteto inicial), los vio bien, aunque con las lógicas carencias de jugar un partido cuando apenas llevaban 48 horas en el equipo. «Sigo pensando que son los dos jugadores que nos van a ayudar mucho. BK [Konate] tiene aún que entender cuál es su rol; con Dan [Trist] hay que trabajar más para que asuma más responsabilidades».

Y a la afición le lanzó Roberto Blanco un mensaje: «Que son vitales, que no dejen de creer en nosotros. Porque nosotros creemos y ellos también lo tienen que hacer.