Francia: (21+23+31+23) Rigaudeau (3), Mickael Pietrus (23), Florent Pietrus (13), Diaw (9), Julian (2) -cinco inicial-, Parker (25), Weis (5), Gelabale (13), Giffa (-), Schmitt (-) y Diarra (5).

España: (21+15+18+14) Calderón (5), Navarro (17), Jiménez (10), Reyes (9), Garbajosa (12) -cinco inicial-, Fernández (-), Cabezas (-), De Miguel (-), Vidal (6), Rodríguez (1) y Vázquez (8).

Arbitros: Zavlanos (GRE), Bachar (ISR) y Sutulovic (CRO). Sin eliminados. Señalaron técnica a Calderón (m.26) y a Navarro (m.27).

Incidencias: Encuentro correspondiente al partido por el tercer y cuarto puestos del Campeonato de Europa de selecciones nacionales masculinas 2005 disputado en el Belgrado Arena ante unos 17.500 espectadores.

Francia bajó del podio continental a España en el peor partido que la selección nacional ha disputado en muchos años, producto de la decepción por no estar en la final y de cuarenta minutos aciagos que los franceses, con un excelente Tony Parker al frente, aprovecharon para colgarse el bronce del cuello.

La cesta aniquiladora de Dirk Nowitzki en semifinales hizo más daño a España que la igualmente mortal de Dimitris Diamantidis a Francia. El duelo franco-español por el bronce acumulaba detrás una tremenda dosis de frustración para ambos equipos, apartados del choque por la cima continental en el último suspiro.

La disposición anímica de Francia debía ser peor, al menos en la teoría. Sin embargo, los hombres de Claude Bergeaud lo demostraron con hechos. Les bastó verse a seis puntos de España (3-9 m.3) para recordar que lo que había en juego era una medalla europea.

SIN REACCION El chispazo que activó la máquina francesa emergió del contraataque. Tres balones recuperados dejaron a los hermanos Pietrus, Florent y Mickael, correr en solitario a la canasta española y meterla hasta el codo y, que se sepa, lo que más daño hace de los contragolpes y los mates no son los puntos encajados, sino el efecto psicológico que tienen. España soportó como pudo el primer cuarto, aunque sin poder ocultar su maltrecho estado anímico. Un triple de Fran Vázquez dejó el tanteador empatado (21-21) cuando el base de los Spurs de San Antonio Tony Parker ya hacía de las suyas sobre el parqué del Belgrado Arena.

Parker, Boris Diaw y el madridista Mickael Gelabale destrozaron a una selección española moralmente desecha en el segundo corte. Las diferencias tomaron un cariz preocupante (39-28) sin gestos ni actitudes que ayudasen a pensar en una reacción por parte del equipo nacional. Nada, salvo rabia a duras penas contenida.

Jorge Garbajosa había avisado el día anterior de lo desagradable que podía llegar a ser un partido como este. Pero el pívot del Unicaja también incluía en esa premonición a los franceses. Ellos se desmarcaron de la afirmación del madrileño con una mejor disposición mental y, sobre todo, con mucho mejor baloncesto.

DE PALIZA La selección española todavía sufrió más en el tercer tramo. La imparable progresión de Francia hizo aflorar la frustración acumulada por los internacionales rojos. Garbajosa, hundido tras la derrota frente a Alemania por su mala noche desde la línea de triples, no fue el de siempre. José Manuel Calderón liberó los nervios ganándose una técnica. Los mismos pasos siguió Juan Carlos Navarro.

Francia, dos veces derrotada por España en sendos partidos de preparación antes del campeonato, endosó la friolera de 31 puntos a la escuadra de Pesquera en el tercer cuarto, en el que tuvo una máxima renta de 75-51.

Pasa a la página siguiente