La selección española deberá bordar su trabajo hoy a partir de las 15.00 horas en el pabellón tunecino Siete de Noviembre de Rades, ante la peligrosa selección anfitriona para alcanzar su primera final en un Campeonato del Mundo de balonmano.

Rusia, en Egipto 1999, y Croacia, en Portugal 2003, fueron los verdugos de España en las dos semifinales anteriores. Los únicos jugadores supervivientes de los dos intentos son David Barrufet, Alberto Entrerríos, Mariano Ortega y Juan Pérez.

Ahora, en su tercer intento la selección que dirige Juan Carlos Pastor no puede permitirse el más insignificante error.

Si se tiene en cuenta que unos 13.000 espectadores, que pagarán entre 10 y 30 dinares (6-18 euros) animarán a Túnez en la localidad de Radés e imprimirán la máxima tensión, España tendrá que hacer un partido completo en todas sus facetas, semejante al que le dio el paso a semifinales frente a Noruega.

Pastor no lanza las campanas al vuelo y se decanta por la "humildad" para afrontar este reto. "Va a ser un partido muy complicado. Túnez está muy motivado. Le gusta ir por delante en el marcador, son agresivos en defensa y tiran rápido", indicó.