ESPAÑA: Pérez de Vargas; Víctor Tomás (4), Maqueda (1), Morros (-), Ugalde (3), Raúl Entrerríos (4) y Del Arco (-) --equipo inicial-- Sterbik (ps), Gurbindo (1), Aginagalde (2), Cañellas (4), Antonio García (4), Baena (-), Rivera (5, 4p), Mindegia (-) y Dujshebaev (3).

HUNGRIA: Mikler; Hornyak(-), Laszlo Nagy (9), Kornel Nagy (5), Bodo (3), Ivancsik (1) y Banhidi (2) --equipo inicial-- Bartucz (ps), Schuch (1), Pasztor (-), Gazdag (2p), Jamali (3), Faluvegi (1), Zubai (1), Borsos (-) y Ancsin (1).

MARCADOR CADA CINCO MINUTOS: 1-3, 3-5, 6-8, 9-10, 12-13 y 15-15 (descanso) 19-17, 22-19, 23-23, 27-24, 29-26 y 31-29.

La selección española de balonmano mantiene vivas sus aspiraciones de acceder a las semifinales del Europeo de Polonia, tras imponerse este martes por 31-29 a Hungría, en un encuentro en el que el conjunto español, lastrado por la ansiedad, se condenó a un terrible sufrimiento durante los sesenta minutos.

De inicio, la selección se empeñó en resolver de primeras cada una de sus acciones con precipitados lanzamientos lejanos, que tuvieron como resultado la escapada del conjunto magiar (3-6) en el marcador.

La enorme diferencia que existe entre los titulares y el banquillo de Hungría, que bajó sus prestaciones sin Kornel y Nagy, permitió a España igualar al descanso (15-15).

La imagen de España mejoró tímidamente en el arranque de la segunda mitad, en el que el acierto de Antonio García permitió a España ponerse con 18-15.

Sin embargo, siguió sin encontrar la fórmula en defensa, al menos, para contener a Nagy, que con sus poderosos lanzamientos volvió a igualar la contienda (23-23) a 16 minutos para el final.

El conjunto español estaba condenado a sufrir hasta el final, y lastrado por las exclusiones de Antonio García y Víctor Tomás se vio de nuevo con una exigua ventaja de un tanto (29-28) a poco más de dos minutos para la conclusión. En la última y decisiva jugada, Julen Aginagalde, forzó un penalti que sirvió para certificar el triunfo.