ESPAÑA - 51: Sierra, Tomás (4, 1p), Montoro (6), Morros, Guardiola (5), Antonio García (7) y Rivero (6) --siete inicial-- Cañellas (2, 1p), Rocas (9, 2p), Ariño (5), Maqueda (2) y Ruesga (5).

AUSTRALIA - 11: Latinovic, Hedges, Gahan, Mouncey (4), Fletcher (3), Najdovski y Kelly --siete inicial-- Matic (1), Anderson (1), Subotic (1), Calvert (1p) y Karlsson (ps).

PARCIALES CADA CINCO MINUTOS: 2-2, 5-3, 11-4, 16-4, 18-6, 24-6 -descanso-- 26-6, 31-6, 36-7, 40-9, 45-10 y 51-11.

ARBITROS: Jesús Aires y Rogerio Aparecido (BRA).

La selección de balonmano cumplió con el trámite que suponía su tercer choque en el Mundial de España y goleó sin miramientos a una débil Australia por 51-11, en lo que fue el último encuentro 'tranquilo' para los de Valero Rivera que ahora deberán afrontar a Hungría, mañana, y Croacia, el sábado, sus dos máximas rivales para el primer puesto en el Grupo D.

Como había anticipado en la víspera el seleccionador, el partido iba a servirle para dosificar fuerzas y dar minutos a los menos habituales. Así, Antonio García y Angel Montoro, más usados en la rotación, tuvieron mucho protagonismo tanto en defensa como en ataque, mientras que Carlos Ruesga, casi inédito en el campeonato, también brilló. Por el contrario, ni Alberto Entrerríos ni Julen Aginagalde ni Dani Sarmiento ni Arpad Sterbik disfrutaron de tiempo en cancha, y otros fijos gozaron de más descanso de cara a lo que se avecina.

Australia aguantó poco más de siete minutos en el encuentro. España salió con cierto relajamiento defensivo, y eso lo aprovecharon Fletcher y Mouncey, el primero curiosamente en las alineaciones situado como pivote, pero jugando de central-lateral, para mandar en el marcador. Además, Latinovic firmaba un par de paradas que mantenían la emoción.

España ya se marchó al descanso con un marcador sonrojante (24-6). Pese a los esfuerzos del joven Karlsson en la portería, la selección, liderada por un inspirado Valero Rivera Jr, finalmente con minutos pese a haber acabado contracturado el choque ante Egipto, endosó de inicio un 10-0 demoledor. Australia tardó más de 13 minutos en hacer un gol (casi 20 con el acumulado de la primera parte), ovacionado, y no pudo evitar recibir la goleada del Mundial.