Que en el desierto hace calor es algo que sabe todo el mundo menos la FIFA y la Unión Ciclista Internacional (UCI). El máximo organismo del fútbol mundial aprobó en su día que el Mundial se disputara en Catar esgrimiendo que los campos tendrían aire acondicionado, para después reconocer que sería imposible jugar allí en verano y que la competición tendría que disputarse en invierno. La UCI parece haber apostado por el mismo esquema: cuatro años después de anunciar que el país árabe sería la sede de los campeonatos, y a una semana de su inicio, alguien en la federación internacional reconoció que siete horas sobre la bici en plena canícula por el desierto quizá sean excesivos, así que las pruebas podrían verse drásticamente recortadas en función del calor, la humedad y hasta del viento.

De los 257,5 kilómetros anunciados para la prueba de fondo masculina, la UCI se plantea anular la parte inicial, una ida y vuelta de la costa al desierto, y limitarse a completar la segunda parte, una serie de vueltas al circuito del archipiélago artificial de La Perla. La carrera se limitaría a unos 150 kilómetros (la más corta de la historia) y duraría poco más de tres horas, algo habitual en las cada vez más numerosas pruebas que se celebran en Oriente Medio pero ridículo para la prueba de fondo por excelencia del ciclismo. Sería un espejismo de Mundial.

La prueba que abrió este domingo los Mundiales, la contrarreloj femenina por equipos, dejó las primeras víctimas del calor(35 grados en el momento de la salida, 40 poco antes, a mediodía) y la humedad. La estadounidense Chloe Dygert se puso a vomitar en plena recta de meta y la holandesa Anouska Koster dio síntomas de pérdida del conocimiento: cuando se disponía a entrar en una rotonda, incomprensiblemente empezó a girar antes de tiempo y se estampó contra el bordillo y la valla. Sus intentos de ponerse en pie fueron en vano, absolutamente desnortada y con un llanto estremecedor.

La UCI anunció que un grupo de cuatro expertos "examinará la previsión del tiempo antes de cada carrera de ruta utilizando medidores de estrés térmico". Además, habrá un sistema dereparto extra de bidones de agua y hielo y un equipo médico en la meta preparado con bañeras de agua helada y suero intravenoso para tratar casos de hipertermia y golpes de calor.

Con todo, no fue el día meteorológicamente más duro. "Desde que estamos aquí, este ha sido el día, a estas horas de la tarde, más fresquito. A la temperatura que ha hecho están acostumbrados, la humedad ha sido peor", dijo ayer el director del Movistar, Eusebio Unzué, partidario de recortar el recorrido si las condiciones son extremas: "Si no, en vez de un campeonato del mundo de ciclismo veríamos uno de supervivencia en bicicleta. Solo resistiría el 30% del pelotón".

OPINIONES DIVERSAS

El marbellí Luis Ángel Maté, en cambio, restó importancia a las condiciones: "Nos esperábamos mucho calor. Es cierto que hay mucha humedad pero esto es Doha, es normal", señaló el ciclista del Cofidis y de la selección española, antes de ser tajante con la posible reducción del kilometraje: "No, para nada que hay que recortar la carrera".

El seleccionador italiano, Davide Cassani, afirmó que "sería bueno haber sabido todo esto de antemano", y reconoció que sería poco decoroso recortar el recorrido: "Espero que no terminemos compitiendo en un Mundial de sólo 100 kilómetros". Tampoco tiene miedo uno de sus corredores, Manuel Quinziato: "Estamos teniendo mucha suerte, porque hace dos semanas aquí hacía 42 grados y 70% de humedad. Con esas condiciones, no se podía competir. Con la temperatura de ahora, es como una etapa de Málaga en la Vuelta".

Con más o menos calor, tampoco parece este el Mundial más apasionante de la historia. El recorrido, completamente llano (el desierto tiene esas cosas), no ayuda porque limita mucho el abanico de aspirantes, y más si se recorta la carrera. Hasta Alejandro Valverde prefirió quedarse en casa. Y lo mismo deben pensar los catarís: en las pruebas de este domingo no se vio ni un alma animando a los ciclistas en la carretera. Parece que la relación entre Catar y el deporte está siempre abocada a la polémica.