Entre incrédulo e indignado, Angel Marcos, entrenador del Cacereño, reconocía no entender nada, aunque al menos dispone de 16 jugadores para el partido de mañana ante el Logroñés (Las Gaunas, 18.00 horas) sin necesidad de recurrir al juvenil. Esto es así porque Apelación ha retirado la amarilla que Antonio Amaro vio el pasado domingo ante la Arandina (y que acarreaba un partido de sanción) por, según el acta, "zancadillear a un contrario en la disputa de un balón". Hasta ahí, todo correcto. Lo que sucede es que, según ese mismo acta --que tiene "presunción de veracidad" según el Juez de Competición--, el futbolista del CPC vio la amarilla en el minuto 81, cuando no entró en el terreno de juego hasta el 83 en sustitución de Palero. "Nadie me ha explicado cómo puede suceder eso", se preguntaba el técnico.

"Hemos ido a Apelación porque ya clamaba al cielo. Que un Juez de Competición no vea eso cuando es de sentido común...". Marcos, que se ha lamentado en alguna ocasión por lo poco que les están beneficiando esta campaña las decisiones arbitrales, se quejó también de que hasta ahora nunca hayan tenido en cuenta sus alegaciones. "Es la primera vez".

Apelación también ha reducido de dos a uno los partidos de sanción a Mejías, que será baja mañana, como Ismael (sancionado y lesionado) y José Collado. ¿Estará recuperado a tiempo el delantero? "Es complicado", reconocía el preparador, que tampoco quiso escarbar más en la precipitada marcha de Hans Mulder.

Aunque entre algodones toda la semana, Aarón y Valverde formarán parte hoy de la expedición hacia Logroño, donde mañana el Cacereño deberá poner toda la carne en el asador si quiere seguir aspirando a la permanencia de forma directa. Aunque está opción no es fácil, el preparador verde no renuncia. "Confío en que vamos a sacarlo para delante, todos confiamos, porque si no lo hiciéramos, ya nos hubiésemos ido a nuestras casas".