Aparece Manuel por la sala de prensa del Francisco de la Hera tras la dura derrota de su equipo por 0-3 ante el Zaragoza. ¿Qué te preocupa de la derrota?, le preguntan desde el patio de butacas: «nada. Nada de nada. Hemos perdido un partido contra un equipo que ha sido mejor. Nada más. A pensar en el Alcorcón». Así de breve, directo y conciso.

El técnico gallego, fiel a su filosofía de fútbol y de vida, no quiere perder ni un gramo de energía en algo que ya no puede resolver. «Ha sido una derrota contundente y merecida. Ellos han sido mejores desde el principio hasta el final. No hay mucho más que valorar», puntualizaba.

Lo cierto es que la derrota viene fruto de un Extremadura distinto al que habíamos visto con Manuel. El entrenador reconoce que el equipo ha hecho dos partidos más lejos en energías de los vistos en campos como El Sadar, La Rosaleda o Riazor, «independientemente del marcador» y apela por recuperar ese «espíritu de partido. Nos han ganado en lo mejor que tenemos nosotros. Y eso hay que cambiarlo», espeta.

Reconocimiento

Lo cierto es que a pesar de la derrota, la grada reconoció el mes y medio de felicidad que el equipo ha regalado la hinchada azulgrana. Aguantó estoicamente el chaparrón de juego y goles del Zaragoza y, tras el pitido, ovacionó a su equipo para demostrarle que seguirá apoyándolo hasta el final. El gesto fue comentado por el propio entrenador visitante, Víctor Fernández, quien dice que «estoy convencido de que el Extremadura se salvará».

Más de 11.000 personas volvieron a dar colorido a las gradas del Francisco de la Hera en otra de las grandes entradas de la temporada. Unas 300 personas llegaron desde Zaragoza y, durante todo el día, disfrutaron del ambiente cordial y de fútbol por las calles de Almendralejo.

El Extremadura pasa página de la derrota y prepara desembarco masivo de aficionados en Alcorcón. La caravana de valientes no abandona. La guerra por la salvación continúa.