2 - EXTREMADURA: Casto; Enmanuel, Fran Cruz, Tala (Sebas Coris, m.62), Dani Pérez, Sergio Gil (Lele, m.86), Elías, Pastrana (Nando Copete, m.76), Nico Hidalgo, Kike Márquez y Rubén Mesa.

1 - MELILLA: Rubén Gálvez; Pepe Romero (Agus, m.76), Parla (Ferrera, m.67), Molina, Isi Gómez, Iker (Eder, m.76), Fran García, Borja (Marcos García, m.67), Gutiérrez (Ali, m.53), Alberto, Altamira.

Goles: 1-0 (m. 14) Rubén Mesa; 2-0 (m.33) Kike Márquez; 2-1 (m.41), Iker.

Árbitro: Peña Varela, andaluz.. Mostró tarjeta amarilla a los locales Sergio Gil y Rubén Mesa; y al visitante Ali.

Incidencias: Partido disputado en el estadio Francisco de la Hera de Almendralejo ante unos 4.500 espectadores.

El Extremadura siempre vuelve. Es más robusto que una roca y más escurridizo que un ratón. Siete vidas dicen que tiene un gato. Y el Extremadura, dicen que 14. Una vez más, en una situación límite, los de Almendralejo han vuelto a resurgir a tiempo cuando más lo necesitaba el club. Y casi toda una ciudad. El triunfo ante el Melilla (2-1), el tercero consecutivo en esta racha triunfal de los azulgranas, le ha permitido sacar billete para la nueva Liga Pro que se estrenará la próxima temporada y que pinta de color profesional. Pero el triunfo es más que eso. Permite al club tomar aire y un impulso obligatorio cuando su supervivencia se sentía más amenazada que nunca. Y todo ello arrastrado por una afición ejemplar, que nunca falla cuando su equipo lo necesita y que siempre ha vivido agarrada de la fe.

Ante el Melilla, el Extremadura volvió a completar el partido que tenía en su guión. Olvidándose de los brillos del pasado, los de Manuel fueron pragmáticos e intensos desde el minuto uno y apenas dieron opción a un rival que vivió más de la incertidumbre del marcador que de las ocasiones que apenas generó.

Manuel solventó el primer problema de la mañana devolviéndole la titularidad a Tala después de que Jilmar hubiera sido padre la noche antes y quedándose huérfano el lateral izquierdo por la lesión de Saúl. Sufrió el canterano azulgrana en ese lateral que terminó cubriendo Enmanuel, un prodigio africano que se ha convertido en el jugador revelación del Extremadura en el último tramo de la temporada.

El partido se generó a un alto voltaje, aunque el arbitraje de Peña Varela, compasivo y poco tarjetero, ayudó a que no se desmadrara en ningún momento. El Melilla, bien ordenado en defensa y con un centro del campo muy aseado, se vio poco incisivo en ataque, donde realmente tiene problemas el equipo de Ángel Viadero.

Comenzó avisando el Extremadura en una internada de Nico Hidalgo por banda derecha que ni Pastrana ni Elías pudieron rematar con nitidez a portería. No hubo más avisos. En una buena internada de Pastrana por banda izquierda, Nico buscó el remate en el segundo palo, el balón salió rebotado hacia arriba sin un rumbo claro dentro del área pequeña y ahí, entre la indecisión del portero y el central del Melilla, apareció la punta de la bota derecha de Rubén Mesa para puntear el cuero y cazar un gol de listos. Un gol que ponía por delante al Extremadura y que trazaba un guión de partido muy diferente.

El tanto dejó aturdido al Melilla, que se vio en minutos de indecisión sobre si irse definitivamente arriba o darle más tregua al encuentro. Al Melilla no le valía otra cosa que ganar en Almendralejo para seguir con opciones de Liga Pro en la primera fase y de eso se aprovechó el Extremadura en la primera parte.

Pasada la media hora, el Extremadura descargó más electricidad al marcador. Fue una jugada preciosa con un pase al espacio con el exterior de Sergio Gil al desmarque de Rubén Mesa. El pacense reventó la bola a la madera y, el rechace, lo cazó Kike Márquez desde fuera del área para engatillar una volea de escándalo. Al cajón directo. 2-0 y a soñar.

Sin embargo, en el Francisco de la Hera nunca hay partidos plácidos. Al filo del descanso, Altamira desbordó a Tala por enésima vez y su centro, tras dos rechaces de infortunio, lo cazó Iker para picar la bola y salvar la salida de Casto. 2-1. Tocaba sufrir.

Máximo control

Salvo los primeros diez minutos de la segunda parte, el Extremadura supo controlar muy bien el segundo acto, llevando siempre el partido a campo contrario. Pastrana y Enmanuel tuvieron dos disparos potentes para cerrar la contienda, pero no hubo puntería. El Melilla solo inquietó con balones colgados, pero la defensa y el portero estuvieron muy seguros.

Manuel levantó la grada del estadio con aspavientos desde el banquillo durante el descuento y el público llevó en volandas al Extremadura a la victoria. Y, por ende, a la tan ansiada Liga Pro.

Manuel Mosquera: «Ahora podemos volvernos muy peligrosos»

Rostro de felicidad y suspiro en Manuel Mosquera, entrenador del Extremadura. Él sabe muy bien lo que significa alcanzar la tan ansiada Liga Pro y estos tres puntos ante el Melilla. «Honor a mis jugadores, mi cuerpo técnico y a mi afición porque el esfuerzo realizado ha sido titánico. He tenido que levantar a la grada al final porque mis jugadores habían llegado ya exhaustos, pero lo importante es que la victoria se ha conseguido». Para Manuel, su equipo hizo un gran encuentro para reponerse al clima de tensión que tenía el partido en todos los aspectos. Asegura que tuvieron que acelerar el ritmo del partido en la primera parte para no caer en el tempo del encuentro que buscaba el Melilla para tener opciones de triunfo. El técnico azulgrana dejó claro ante preguntas de la prensa que «lograr la Pro ya es el objetivo. Está claro que vamos a exigir ahora ganar todos los partidos, pero lo haremos con el objetivo cumplido. Y eso sí, ahora podemos volvernos más peligrosos», avanzó un entrenador que respira aliviado tras la victoria.