Está más que comprobado que en el fútbol nadie tiene la fórmula mágica de las victorias. La suerte parece haber abandonado en este inicio de temporada al Extremadura de Manuel. De una tormenta de puntos que le hicieron ser el mejor equipo de Segunda División en el último cuarto de liga del pasado ejercicio, el cuadro azulgrana ha pasado a no contar triunfos en sus cinco primeros encuentros de liga y verse durante estas primeras semanas en puestos de descenso. Cosas del juego.

La situación, por momentos, recuerda al arranque de liga del pasado año. Por entonces, al paso de la quinta jornada, aquel Extremadura dirigido por Juan Sabas tenía un punto de 15 posibles. Hoy, en el mismo corte, tiene dos, aunque las sensaciones son muy distintas. Pero, ¿valen las sensaciones para ser optimistas de cara al futuro?

«Es una realidad que existen sensaciones buenas, pero también es una realidad que tenemos dos puntos y son pocos. Ahora podemos elegir lamentarnos y ver qué mala suerte tenemos, pero esa no es nuestra forma de pensar. La nuestra es la de insistir, mejorar y trabajar. Y las cosas van a salir. Somos un equipo que vamos a ganar partidos. Ahora somos autocríticos y corregiremos lo que hemos hecho equivocado», reflexionaba Manuel tras la derrota ante el Zaragoza.

La sequía de victorias no ha encendido aún las alarmas, pero preocupa el hecho de ver que el equipo todavía no sume de tres en tres. En este sentido, el Extremadura, a diferencia de etapas anteriores, no ha perdido la calma. Desde el club y desde la grada se apela la cautela y tranquilidad para salir del bache. Parece haber aprendido del pasado el Extremadura y, sobre todo, no olvida que con Manuel Mosquera se logró lo imposible el pasado año.

Tiene crédito Manuel y tienen crédito sus leones, que también han cometido errores individuales que han lastrado al equipo. «Tengo un vestuario muy fuerte y el primero que transmito ese mensaje de fortaleza soy yo. Hemos perdido, pero ya estamos aquí para insistir otra vez. Estos jugadores se van a fortalecer. Y el acierto llegará. Todo llegará», remarca el gallego.

Lo cierto es que vive Manuel Mosquera un escenario totalmente antagónico al del pasado año. De las cinco famosas victorias que catapultaron al Extremadura a la permanencia a cinco partidos consecutivos sin saborear el triunfo. Valverde, tras el partido del domingo, lo dijo claro: «Es momento de cambiar las sensaciones y convertirlas en puntos. Es verdad que jugamos bien en algunas fases, pero en otras no tanto y hemos tenido desajustes», dijo en modo autocrítico.

Debilidades / ¿Dónde está flaqueando este Extremadura? Principalmente, en tres factores. Por un lado, en el pivote defensivo. El Zaragoza descosió al Extremadura en la zona de la mediapunta, detrás de los dos medios centros. Ni Zarfino ni Sergio Gil ejercieron de tapón posicional, algo que el Extremadura ha intentado con Lomotey y con Sergio, pero de momento sin resultados. Aún están inéditos Rocha y Cristian. Y la afición pide verles a gritos.

El segundo pecado capital es el acierto. El Extremadura ha marrado muchas ocasiones claras de gol, especialmente en los dos últimos encuentros ante Numancia y Zaragoza. Alex López, que ha hecho dos partidazos lejos del área, no fue determinante cuando pisó la zona de la verdad. Ahí, el Extremadura, necesita no solo mejorar el acierto, sino pisar área con más hombres.

Y el tercer pecado capital son las concesiones en defensa. El hermetismo con el que cerró la temporada en defensa el Extremadura de Manuel se ha resquebrajado en este primer mes de competición con una defensa similar. Hombres como Bastos, Josema, Fran Cruz o Rueda, casi inéditos, también piden paso.

LAS SIGUIENTES CITAS / Cambiar piezas y probar nuevas cosas puede ser la solución del Extremadura para poder revertir esta mala dinámica este jueves en el Nuevo Carlos Tartiere ante el Oviedo, precisamente el colista de la tabla con solo un punto y el primero en cambiar de entrenador esta temporada.

Los azulgranas tendrán en cuatro días dos partidos para reivindicarse ante Oviedo y Huesca. La primera victoria se antoja cada vez más necesaria para reforzar un grupo que va a pies juntillas con su entrenador. Manuel se siente respaldado, pero también es consciente de la necesidad de sumar de tres en tres. De momento, la confianza no se toca.